“Solía decir que qué suerte tenemos porque el coral estaba muerto y así no nos cortaba”. Es una de las frases, sinceras y reveladoras, que la surfista getxotarra Garazi Sánchez pronuncia, a bocajarro, en su documental. Y es que la deportista, ante el desconocimiento del medio en el que tantas y tantas horas de su vida ha pasado, decidió emprender un viaje de autoaprendizaje que después tomó la forma del proyecto audiovisual Vergüenza, que se emite hoy y mañana on line en su canal de Youtube.

“Me daba tanta vergüenza mostrar mi ignorancia... El principal motivo por el que intenté formarme es que la educación, el conocer las cosas... te da la libertad para opinar y actuar en consecuencia”, reflexiona la surfista, que ha conocido sobre su tabla los mares de medio mundo (o entero), pero que desconocía cuál era su situación, su profundidad, sus debilidades... Ella, en el agua desde los 7 años, se había quedado en la superficie y optó por cambiar ese rumbo. Con valentía. Habló con expertos en diferentes ámbitos y lo documentó todo. Eso es Vergüenza, el trabajo en el que ha invertido parte de sus ahorros, un buen puñado de ilusiones y las ganas más inocentes. El desafío que protagoniza, produce, codirige y que estrena ligado al Día Mundial de los Océanos, que se celebra mañana. “Este es mi primer proyecto con estas características. He invertido mucho tiempo y parte de mis ahorros en llevarlo a cabo. La verdad, estoy bastante ilusionada con el estreno”, admite la surfista.

Todo este proceso lo ha llevado a cabo mientras se recuperaba de su grave lesión de espalda, la que llenó de temores todo su cuerpo. La que angustió el alma. Sin embargo, los peores pronósticos se esfumaron y Garazi sigue adelante en todos los sentidos. “En una etapa en la que trabajaba en la rehabilitación de mi espalda para volver al agua y a la competición, tomé más conciencia sobre el medio en el que más tiempo he pasado”, desvela la getxotarra. Fue una conversación sobre el estado de los océanos con Pelayo Salinas, biólogo marino y embajador de Ocean52 -iniciativa con distintas acciones de protección de los mares-, la que encogió el estómago de la deportista. “Mientras charlaba con Pelayo, me invadió una gran sensación de vergüenza cuando me hablaba de aspectos de lo más básicos, pero que yo desconocía por completo. Mientras él hablaba, yo trataba de escabullirme, con el objetivo de que mi enorme desconocimiento no quedase en evidencia”, comenta Garazi, sin adornos, con sinceridad cristalina.

Este encuentro le hizo ponerse frente al espejo y retumbó durante días en su cabeza. Así, decidió dar un paso al frente y tratar de entender la realidad de los océanos, comprobando si, a través del conocimiento, sería posible generar un cambio en su manera de vivir. La surfista abrió los ojos, la mente, escuchó, preguntó, debatió... Ella misma buscó y entrevistó, cuaderno en mano, a los protagonistas del documental. Pelayo Salinas es uno de ellos pero también están Santi Mier, fundador de Ocean52; Imanol Zubero, doctor en Sociología y profesor titular en la Universidad del País Vasco UPV/EHU; Laura Vozmediano, doctora y profesora del Departamento de Psicología Social y Metodología de las Ciencias del Comportamiento, en la Facultad de Psicología de la UPV/EHU; y Aketza Sánchez, que lleva toda una vida vinculado al mar y que desarrolla numerosas iniciativas de limpieza de playas en Uribe Kosta. “Lo que más he aprendido escuchando a todos los expertos y grabando este documental ha sido que no hay una sola respuesta y que al final cada uno tenemos nuestra manera de convivir con la información que tenemos” indica Garazi. Ella ha cogido la buena ola con este trabajo.