El intento de volver a entrar en el antiguo euskaltegi de Romo por parte de miembros del gaztetxe de Itzubaltzeta provocó momentos de tensión en la tarde-noche del pasado lunes en el barrio getxotarra. La Ertzaintza acudió al lugar, acordonó las calles del perímetro del inmueble y así el grupo de jóvenes se “fue dispersando paulatinamente sin que fuera necesaria la intervención policial”, tal y como relató ayer el Ayuntamiento de Getxo. Aunque en un comunicado, el gaztetxe aseguró que hubo “brutalidad por parte de la Ertzaintza”, que identificó a “tres personas” por haber grabado a agentes.

Integrantes de este colectivo juvenil ya okuparon este local de Lope de Vega el pasado mes de febrero y lo abandonaron ante la declaración del estado de alarma un mes después. Ahora, su objetivo era encargarse de la desinfección para poder regresar allí. Precisamente, representantes de Itzubaltzeta y del equipo de gobierno mantenían una reunión el mismo lunes para abordar este tema y en ella, el Consistorio rechazaba la propuesta de los jóvenes de limpiar ellos e insistía en su “voluntad de diálogo” para llegar a acuerdos. No obstante, los jóvenes del gaztetxe consideraron que volvieron a “pillar haciendo triquiñuelas al equipo de gobierno”. En su opinión, “por un lado, decía querer mantener diálogo con los que estaban okupando el gaztetxe, mientras colocaban a la Policía Municipal en la puerta del edificio con intención clara y expresa de cerrarlo. Los municipales, sin embargo, se encontraron con la negativa de la juventud”. La versión del colectivo juvenil sobre lo ocurrido a última hora del lunes es que “varios operarios municipales intentaron cambiar la cerradura” del inmueble de al lado, es decir, de la antigua nagusien etxea de Romo, “aumentando considerablemente la tensión que ya existía en la calle Lope de Vega”, apuntaron desde el gaztetxe. “A los jóvenes que estaban en la calle se les sumaron los miembros de Ibar Nagusien Etxea y quedaban claras cuáles eran las intenciones del grupo de gobierno: vaciar el gaztetxe, cambiar la cerradura de la nagusien etxea y por último proceder al derribo de este edificio”, añade el escrito de Itzubaltzeta.

El Consistorio, mientras tanto, señaló ayer que “un grupo de alrededor de ochenta personas” se congregó frente al edificio del antiguo euskaltegi municipal de Romo, “incumpliendo las limitaciones de circulación y movilidad establecidas en el decreto del estado de alarma del 14 de marzo del Gobierno central ante la emergencia sanitaria provocada por el covid-19, según informó la Policía Local”. El Ayuntamiento también explicó ayer que personal municipal acudió al local en cuestión “para tomar las medidas necesarias a fin de que nadie pueda utilizarlo y que continúe cerrado, al igual que el resto de edificios municipales en la situación actual” y que fue entonces cuando un grupo de alrededor de 30 personas, que luego fue aumentando hasta las 80, “impidió el acceso al edificio” a los trabajadores. “Pese a los intentos de los representantes municipales para que se dispersara el grupo y se concentraran como máximo 10 personas manteniendo la distancia social establecida, y dado que no existe ninguna normativa ni estatal ni autonómica que posibilite el desplazamiento a los efectos pretendidos, se dio aviso a la Ertzaintza”, agregaron desde el equipo de gobierno.

Los jóvenes del gaztetxe de Itzubaltzeta, que se ubicaba en los extintos pabellones de Errekagane, okuparon este edificio de Romo en febrero porque entendían que el Consistorio se estaba demorando demasiado en su compromiso de rehabilitar los pabellones y cederles un espacio. “El gobierno municipal es consciente de que el proyecto ha sufrido una dilatación temporal, derivada generalmente de problemas técnicos que han ido surgiendo durante el proceso, que tienen que ver sobre todo, con la especial ubicación de la finca (contigua al río y a las vías del metro)”, admitió el equipo de gobierno el lunes.