El patio de la ikastola Altzaga de Leioa es un lugar más colorido, solidario, igualitario y amigable gracias una reciente iniciativa. Y lo es gracias al alumnado de segundo de Primaria, que ha creado un rincón solidario para combatir el acoso escolar.

Ausarten Kluba (El Club de los Valientes), como se hace llamar este grupo de alumnos de entre 7 y 8 años de edad, han sido los promotores de esta iniciativa denominada el banco de los amigos. "Este banco es para cuando estemos solos. Para cuando no tengamos amigos y queremos jugar. Entonces, nos podemos sentar aquí. El resto de niños se tienen que fijar si hay alguien sentado y decirle si quiere jugar", explicaron durante la inauguración de este espacio, demostrando a pesar de su juventud un firme compromiso contra el bullying y la soledad que provoca el rechazo de los demás y el miedo a ser aceptado.

Un banco, que tal y como detallaron, ya han utilizado y del que están muy pendientes en cada recreo y siempre que disponen de tiempo de ocio en el centro escolar. "Siempre estamos mirando a ver si hay alguien sentado", agregaron.

Junto a los escolares, además de los profesores y responsables del centro, estuvo el alcalde de Leioa, Iban Rodríguez, quien se mostró encantado de poder asistir a la inauguración de una iniciativa de este tipo. "Los alumnos vinieron al Ayuntamiento y me entregaron un montón de cartas en las que me explicaban cómo es el proyecto. También nos solicitaron que les instaláramos el banco que habían hecho y que viniéramos a la inauguración", detalló el regidor.

En este sentido, Rodríguez valoró el trasfondo social de esta iniciativa. "Para mí es un honor estar presente en esta inauguración. Han realizado un gran trabajo tanto los alumnos como el profesorado", apuntó. "Es un proyecto que pone en el punto de mira los valores que desgraciadamente muchas veces estamos perdiendo. La sociedad cada vez es más egoísta, pero sin embargo nos damos cuenta de que si hablamos con los niños que todavía nos están de alguna forma contaminados, nos demuestran estos valores de solidaridad y de acompañamiento a la gente que está sola. Este tipo de iniciativas hacen que me enorgullezca de ser alcalde de un pueblo con estos niños y niñas", subrayó el primer edil leioaztara.

"Estos niños son el presente y, sobre todo, el futuro de Leioa. Si les enraizamos estos valores desde que son pequeños, el día de mañana cuando tengan que decir vivir de una manera o de otra, esperemos que la decisión sea la que han tomado aquí: compartir, ayudar y estar al lado del que lo necesita", concluyó Rodríguez.

Origen Esta iniciativa ha echado raíces en Leioa fruto de un movimiento solidario alrededor del mundo. Concretamente, lo dio a conocer Sammie Vance, una niña de Indiana (Estados Unidos), que hace unos meses inventó el Buddy Bench (el banco de la amistad). Sammie realizó un dibujo donde explicó con claridad que "había que crear un espacio al que pudieran ir niños que, por la razón que fuera, se sintieran solos o tristes y, simplemente, necesitaran una amigo". De este modo, el simple hecho de sentarse allí alertaría a otros niños para que acudan a ofrecer su amistad y ayuda. Sin duda toda una lección de solidaridad de una generación dispuesta a cambiar las cosas.

Protocolo Sobre esta línea, el Gobierno vasco tiene establecido un protocolo de actuación ante situaciones de acoso escolar. En primer lugar, "la investigación educativa señala que son requisitos asociados al acoso la existencia de un comportamiento intencional que pretenda provocar daño en la otra persona, que éste no sea capaz de defenderse por sí mismo y que exista una repetición de la agresión", señalan sobre el significado de acoso escolar o bullying. "Para poder asegurar la existencia de acoso deben cumplirse la totalidad de las características indicadas", agregan. En este sentido, sostienen que "no hay que confundir el acoso escolar con otros conflictos o situaciones perturbadoras de la convivencia de carácter puntual y esporádico (peleas, bromas, riñas, vandalismo escolar, enfrentamientos, indisciplina, disrupción, desinterés académico€)".

Asimismo, el establecimiento de un protocolo tiene como objetivo que "que el profesorado de los centros educativos y el resto de la comunidad escolar sepan cómo actuar ante el conocimiento de un posible caso de acoso escolar entre el alumnado". "El protocolo conduce la intervención, que se desarrollará según los principios de prevención, sensibilización ante el acoso, confidencialidad, protección al alumnado implicado, intervención coordinada y dirigida por el director o directora, sistematización, eficacia y urgencia", añaden. Respecto a su puesta en marcha, "se iniciará en todos los casos en los que el centro haya observado o haya tenido conocimiento de conductas que pudieran ser del ámbito del acoso escolar". "También siempre que haya conocimiento de la existencia de denuncia policial, judicial o queja al Ararteko o lo solicite la Inspección de Educación", agregan.

Así, el primer paso será "la observación de conductas" y el segundo la "comunicación al director/a y al equipo directivo". Después se recogerá información y se analizará, se adoptarán medidas de urgencia y se comunicarán a las familias". Más tarde se enviará un informe al departamento de Educación y "si, se concluye que no existe acoso, la dirección del centro decidirá el tratamiento educativo más adecuado para corregir las conductas observadas".