Con 19 años recién cumplidos dejó su Sicilia natal para intentar cumplir el sueño de estudiar Bellas Artes en Venecia. Hoy, casi un cuarto de siglo después, Rosalinda Incardona imparte talleres de dibujo y acuarela en su propio estudio de Amorebieta. “Me alejé de mis padres para estudiar lo que quería a 1.500 kilómetros de casa. Estoy orgullosa con la decisión tomada porque paso a paso he logrado mis sueños; ahora me dedico a lo que realmente me llena”, valora satisfecha la artista.Residente en Amorebieta desde 2006, Rosalinda dejó Italia por amor. Casada con el zornotzarra Borja Garamendi, se especializó en grabado calcográfico y se interesó por la ilustración. Muestra de ello, ha publicado numerosos cuentos ilustrados con la editorial italiana Artebambini con el denominado método kamishibai. “Es una forma distinta de contar cuentos muy popular en Japón. Son pequeñas laminas que se insertan dentro de un teatro y se cuentan historias para los niños”, explica la ilustradora que viajará la Feria del Libro de Bolonia en marzo donde presentará algunas publicaciones.

Ubicado en la calle Kobenio, Rosalinda abrió su estudio en el año 2011. Durante más de una década viene impartiendo talleres y cursos de pintura para niños y adultos. La ilustradora se siente una privilegiada por el hecho de poder dedicarse a lo que más le gusta y trasladar sus conocimientos a otras personas. “Necesito crear y para ello observo el mundo y la naturaleza. Es extraordinario poder entretener a los niños con mis cuentos a través de las imágenes; es una gran oportunidad y me hace sentir bien. Es una maravilla trabajar con niños y adultos con el propósito de enseñarles las técnicas en los diferentes talleres que imparto”, cuenta contenta con su día a día añadiendo que “me hace mucha ilusión cuando veo a los niños que vienen al estudio y tienen ganas de mancharse las manos y coger la pintura”.

Sin embargo, la pandemia ha castigado con dureza el día a día de Rosalinda. Y es que los grupos reducidos se han instalado desde hace tiempo en su estudio. La ilustradora confía en poder recuperar pronto el ritmo y las condiciones de trabajo previas a la crisis sanitaria. Puestos a pedir, tiene claro que desea “seguir sintiendo este amor por el dibujo y la pintura” que le permitan “continuar aprendiendo y experimentando” con el propósito fundamental de “crecer en mi trabajo y no estancarme nunca”.

Artistas en casa

A sus 43 años, la artista es madre de Agatha, 11 años, y Marco, de 7. Hablando de sus hijos, reconoce que muchas veces “son mi fuente de inspiración”. Como era de esperar, “muestran interés por este mundo porque han crecido con esto. De forma distinta, pero a los dos les gusta crear imágenes, pintar y entretenerse recortando trozos de papel”. Preguntada por los dotes artísticos de Agatha y Marco, Rosalinda responde cariñosamente que “no sé si debería decirlo yo, pero son bastante artistas; veo que les gusta y tienen esa inquietud”.

Con El Bosco como referente y también fuente de inspiración, esta semana algunos grabados calcográficos de Rosalinda también han sido protagonistas en el municipio de Amorebieta. Y es que el Ayuntamiento le encargó este trabajo hace un par de años para entregarlos a los jóvenes que participan este curso en el programa de Erasmus. Durante la jornada de presentación celebrada en el Instituto de Urritxe, el Consistorio obsequió a los allí reunidos con una obra de Rosalinda Incardona.

Considerándose zornotzarra de adopción, la artista asegura sentirse “muy a gusto viviendo en Amorebieta; el calor humano de la gente lo he notado siempre”, zanja agradecida la ilustradora.