- En plena pandemia y cuando la gran mayoría de emprendedores no se atreven a dar el paso, Michelle Da Silva ha visto cumplido su sueño. Y es que el pasado sábado esta brasileña afincada en Durango desde hace una década abría las puertas de Tabira Txutxes. "La gente me ha quitado el miedo, porque todo el mundo me dice que era muy necesaria una tienda de golosinas en el barrio. Estoy feliz de haberme animado y con muchas ganas de trabajar", explica orgullosa de la decisión tomada a sus 41 años.

Ubicado en la calle Intxaurrondo, a escasos metros de un parque infantil, el nuevo negocio hace ya las delicias de los más jóvenes que pueden adquirir todo tipo de golosinas. Además, el establecimiento durangarra cuenta también con productos de alimentación, pan y periódico. Aunque muchos piensen que la crisis del coronavirus no sea el escenario más propicio para montar un negocio, Michelle llevaba tiempo barajando esta posibilidad. "Siempre que bajábamos a los columpios a jugar echábamos en falta una tienda de golosinas en el barrio. Éramos muchos los que teníamos que ir hasta el casco viejo para poder comprar chuches o refresco. Desde hace ya cinco años cada vez que pasaba por delante del local lo veía como el lugar perfecto para poner en marcha una tienda de estas características", recuerda, satisfecha de haber podido cumplir su proyecto.

Tras trabajar de comercial en una empresa de Gasteiz, Michelle, que llevaba varios meses en el paro, tomó la valiente decisión de capitalizar el desempleo para emprender y abrir su ansiado negocio. En este sentido, el apoyo de su marido Ibon ha resultado fundamental para la apertura de Tabira Txutxes. "Me estuvo animando muchísimo y finalmente decidí dar el paso. Le estoy muy agradecida y también a tantísima gente que me está mostrando su cariño", remarcó la emprendedora.

En este sentido, define como "de película" la apertura oficial del pasado sábado. Michelle valora muy positivamente el arranque del negocio. Con el buen tiempo propio de pleno verano y la apertura del parque, precintado de momento por el estado de alarma, seguro que la demanda aumenta considerablemente. "La verdad, la ubicación es muy buena y estamos ilusionados con el hecho de tener nuestro propio negocio", opina su responsable, que mima cuidadosamente cada detalle de la tienda.

Residente en el barrio de Tabira, Michelle vive en Durango desde hace ya diez años. Recuerda con mucho cariño aquella visita que hizo a su prima. "Venía en principio para tres meses y al final me quedé a vivir. Conocí a mi marido, nos casamos y después llegó Mikele, que ya tiene 7 años", rememora, orgullosa de su familia.

Con ganas de consolidar Tabira Txutxes, Michelle madruga con la felicidad de lo que supone abrir ahora la persiana de su negocio. Consciente de que "todavía quedan algunos detalles por pulir", la emprendedora en tiempo de coronavirus tiene claro que "ojalá de aquí salga jubilada y traspasando la tienda".

"La gente me ha quitado el miedo, porque todo el mundo me dice que era muy necesaria una tienda de golosinas "

"Muchos teníamos que bajar hasta el casco viejo para poder comprar chuches"

Responsable de Tabira Txutxes