TRAS más de dos meses sin salir a la calle, Lucio Azkuenaga volvió a sentir la emoción de pasear al aire libre. Y es que la residencia sociosanitaria IMQ Igurco Orue de Amorebieta, ubicada en el barrio de San Miguel de Dudea, celebró el viernes una romería con ofrenda floral en agradecimiento a la Virgen del Carmen. El acto contó con la participación de más de setenta personas mayores creyentes en la fe católica. "Tengo que decir que he vivido los años complicados de la posguerra, pero no recuerdo algo tan duro como esta pandemia", valoró Azkuenaga, lamentando la cantidad de personas fallecidas por covid-19. Tras pasar los últimos tres meses en la residencia zornotzarra, el que fuera primer alcalde de la democracia en Etxebarri y pelotari profesional, reconoció que "cuando me asomaba a la ventana y veía todo este paisaje verde me entraban muchas ganas de poder pasear. Ahora, por fin, puedo hacerlo", se congratuló.

18

Primera salida de los mayores de una residencia de Amorebieta tras más de dos meses de confinamiento

Los nervios y las ganas de volver a recuperar sensaciones olvidadas eran palpables entre los residentes. Divididos en grupos de diez, se establecieron todas las normas para garantizar la realización de la romería de una forma absolutamente segura, tanto para los propios residentes como para los profesionales que les cuidaban y acompañaban, respetando las distancias de seguridad obligatorias, el uso de mascarillas y el lavado de manos, entre otros requisitos. El acto festivo transcurrió entre la entrada a la residencia y la gruta de la Virgen del Carmen, en el interior del recinto, donde todos los interesados en tomar parte depositaron una flor, como agradecimiento en este mayo, que es el mes de las flores y de la Virgen. El sacerdote pasionista Aita Martxel fue el encargado de dirigir una celebración en la que no faltaron los rezos y la buena música. Cada vez que uno de los grupos realizaba la ofrenda floral, disfrutaba de un refrigerio antes de emprender el paseo de vuelta al interior de las instalaciones. "Llevo aquí desde el 21 de marzo y nunca he tenido la sensación de estar encerrada, sino de estar bien atendida. Todo esto que está pasando nos servirá para valorar más la vida. Ha sido duro, pero estoy contenta porque estoy bien de salud", explicó la bilbaina Belén Cuesta, mientras paseaba por las inmediaciones del recinto.

La romería se llevó a cabo a petición de varios residentes que, tras no haber podido asistir a oficios religiosos durante la fase más complicada de la pandemia, solicitaron este acto. "Día precioso para pasarlo bien después de tanto tiempo sin salir", comentó especialmente emocionada Begoña Alaña, residente muy querida que, a sus 63 años, explicó orgullosa que "tengo quince sobrinos y soy tía abuela".

Esperanza

La gran mayoría de los presentes se habían mantenido confinados dentro de la residencia desde el pasado 15 de marzo. Los impulsores de la iniciativa se mostraron ilusionados con que la nueva normalidad esté más cerca y valoraron muy positivamente el acto de ayer. "Es el primer día que salimos desde hace mucho tiempo y la gente está feliz. Estamos realizando una actividad física-psicológica muy positiva para todos. También tenemos que decir que echamos de menos a todas las familias pero pronto podremos vernos", auguró esperanzada Mercedes de la Sota, directora de Igurco Orue.