PENAS quedan dos días para que se celebre el sorteo de la Lotería de Navidad y las colas en las administraciones se siguen sucediendo mañana y tarde. Esta campaña está siendo especialmente buena, así lo relataban diferentes loteros de la villa hace unas semanas a este periódico.

Desde el ocho de julio hasta el 21 de diciembre. Es el tiempo que dura su venta. Sin embargo, no todos aprovechan a comprar en verano, hay quien prefiere esperar hasta última hora. Es el caso de Elena Badiola que cuando se le pregunta sobre si ya en verano empieza a comprar lotería para Navidad se echa las manos a la cabeza y se alarma. “¿En verano? ¡Ni hablar!”. Ella es de las que compran a última hora, cuando el espíritu navideño está más vivo. “La lotería que antes he comprado ha sido en noviembre, que es cuando sale la del hospital donde he trabajado muchos años, y la compro en noviembre porque si no luego se acaba”, cuenta.

Isabel Gutiérrez la acompaña. Ambas amigas acuden cada año a comprar juntas un décimo que comparten, “ponemos diez euros cada una y a ver si hay suerte, lo bonito es compartir”, señalan. “Comparto con hermanos, con los del hospital, con amigos... tengo muchos décimos pero no gasto mucho, cincuenta euros o así”, explica Badiola.

Sin embargo, no todos lo dejan para última hora, también hay quien aprovecha los destinos de las vacaciones de verano para comprar, como Iñaki Bilbao y Pilar Pérez. “En verano si vamos de vacaciones por ahí siempre cae algún décimo”, cuentan aunque en su caso, tampoco tienen ningún número especial en mente. “Ya ni nos acordamos cuándo empezamos a comprar lotería de Navidad, por la tradición y el por si acaso. Nunca cogemos ningún número en especial, compramos el que nos dan, porque si está de tocar...”. Sin embargo, aunque son previsores, ellos también hacían cola en una administración de lotería a pocos días del sorteo, no vaya a ser...

por una corazonada

Lukene Zendoya y José Luis Maguregui tampoco compran la lotería pensando en un número concreto, pero a una semana del sorteo, Zendoya tuvo que pasar por una administración de lotería para comprar un décimo acabado en 5. “Todos los años cogemos pero no tiene porqué ser en cinco, pero hoy tengo esa cosita, nos íbamos ya para casa y he dicho no vaya a ser... por si acaso”. En su caso, llevan con la tradición muchos años y cada año compran lotería en el pueblo en verano; “en septiembre ya empiezan a tener lotería en los sitios del pueblo donde cogemos siempre y compramos antes de terminar el verano”, cuentan.

Por una corazonada, por tradición o simplemente, por si está de tocar, las colas en la administraciones de lotería se suceden por toda la villa no vaya a ser que por pasar de largo, el premio se escape de las manos.

“Comparto con hermanos, con los del hospital, amigos... tengo muchos décimos pero no gasto mucho”

“En verano cuando vamos de vacaciones por ahí siempre solemos comprar un décimo”