La emoción de los más pequeños inundó ayer domingo el muelle de Ripa con la vuelta de la Escuela de Pesca de Bizkaia Gran Ría de Bilbao. ¡Cuántos peces! ¡Aita, ama, mirad, hay millones!, se escuchaba. Decenas de niños con camisetas azules, repartidas por el Consorcio de Aguas de Bilbao Bizkaia y la Federación de Pesca de Bizkaia (organizadores de la actividad), corrían emocionados por el muelle de Ripa tratando de encontrar el mejor sitio para pescar.

“Teníamos mucha ilusión por volver”, señalaba Ritxard Guimerá, presidente de la Federación de Pesca de Bizkaia. “Aunque las ganas no han sido exclusivamente nuestras, la gente también tenía ganas de retomar la escuela de pesca ya que, aunque empezábamos a las 11.30, a las 10 de la mañana ya había gente aquí”, añadía. “Es muy bonito ver a todos los niños con las camisetas azules pescando, podríamos haber vuelto algo antes, pero hemos querido hacerlo en óptimas condiciones”, destacaba.

A la hora de pescar las medidas sanitarias se respetan al máximo y se ha organizado de tal manera en la que la pesca va por turnos y entre un grupo y otro se desinfecta tanto la caña como las barandillas del muelle. “La pesca es, podríamos decir, un deporte de pandemia; es al aire libre en el que es fácil respetar la distancia de seguridad al ser, en mayor medida, una actividad individual”, señalaba Guimerá.

La pesca es conocida por ser un deporte en el que la paciencia es necesaria, sin embargo, Adei no tuvo que esperar ni 5 minutos para conseguir sacar un pez de la Ría. Era su primera vez en la Escuela de Pesca e Iskander, su aita, aseguró que “el enano está encantado”.

Al igual que Adei, Irati también tuvo mucha suerte. Fue coger la caña y solamente le hicieron falta unos minutos para conseguir sacar un pez de la Ría. Aunque ella ya tenía experiencia: “Es el segundo año que viene”, explicaba su ama. “Nada más enterarnos que la Escuela de Pesca volvía no hemos querido perdérnoslo; es una oportunidad y una experiencia para los niños que de otra manera no tienen”, señalaba. Lo que más les gusta es que “no hay muerte, ya que una vez pescado el animal se devuelve a la Ría” y que, además, “es una forma de que aprendan a respetar la Ría siendo conscientes de que hay vida en ella”.

Ane, hermana de Irati, es casi una experta en la escuela de pesca ya que ha participado una gran cantidad de veces. “Me parece una actividad muy divertida y muy bonita”, señala, aunque ayer no tuvo mucha suerte ya que “solamente me están comiendo el pan de la caña”, explicaba risueña.

Fernando y su familia tampoco quisieron perderse la oportunidad de pescar en la Ría. Aunque de los pequeños de la casa solamente uno podía participar por edad (es a partir de 5 años), la más pequeña apoyaba fuertemente a su hermano para que sacase un gran pez.

Durante la primera mañana de pesca los peces no dejaron de salir (y volver a entrar) de la Ría. Desde la organización han destacado que el creciente número de capturas, así como la variedad de especies clasificadas “evidencia la buena salud de la Ría de Bilbao y la recuperación de sus aguas”.

“Había ganas de volver; aunque empezábamos a las 11.30 a las 10 de la mañana ya había gente”

Pdte. de la Federación de Pesca Bizkaia

Expertas pescadoras

Tras varios años participando, esta ocasión no iba a ser menos. La Escuela de Pesca de Bilbao es la única ocasión en la que Ane e Irati pescan y, aunque solo lo hacen de cuando en cuando, en la vuelta de la actividad a la Ría de Bilbao demostraron que no es su primera vez y se desenvolvieron como pez en el agua -nunca mejor dicho-, llegando ser una de las familias que tardó solamente unos minutos en sacar el primer pez.

primer día en la escuela de pesca

Fernando y su familia no dudaron en participar en el primer día de la Escuela de Pesca Gran Ría de Bilbao ya que, como el año pasado la pandemia les hizo cancelar el plan, todavía les picaba el ‘gusanillo’. Aunque solamente uno de los pequeños de la casa podía pescar, toda la familia le estuvo apoyando y ayudando en su primer día de pesca en el muelle de Ripa.

solo necesitó 5 minutos

A los 5 minutos, Adei ya había pescado y no podía faltar la foto con el pez que había sacado de la Ría de Bilbao (algo que costó un poco ya que el pez se escurría de las manos).