Hace 18 años que María Antonia Tola y Félix Lezaun tuvieron a su primera nieta, la mayor, y a día de hoy su familia no ha hecho más que ampliarse. Sus nietos no dejan de ser una "emoción muy grande" para ellos. Para Félix ser abuelo y tenerlos cerca es una gozada y asegura que les aportan muchas alegrías.

"De momento solo alegrías", recalca. María Antonia coincide con su marido, pues cree que ser abuelo no es difícil: "Cuando se enfadan, sobre todo el pequeño, lo es un poco". El más pequeño de todos pide mucho estar con su amatxu, la cual está trabajando y, por ello, pasan mucho tiempo con sus nietos, aunque hay un mes en el que están sin escuchar "ama, ama, ama, quiero ir con ama" constantemente, que es el mes en el que se van de vacaciones.

Sin embargo, para María Antonia lo más valioso es tenerlos: "Al principio creía que los más grandes llegarían tarde, y al final, nos han llegado muy tarde los pequeños". Pero los años van pasando y las sensaciones agridulces se entrometen en su vida, puesto que para la pareja, de 82 y 79 años, tener nietos ya no es lo que era. Lezaun lamenta que se están haciendo mayores y a veces no pueden hacer cosas que han hecho con los nietos más grandes o con sus hijos: "Estamos perdiendo capacidades". Aunque no dudan en quedarse con lo bueno a pesar de todo.

Foto de amamas y aitites en Doña Casilda

Foto de amamas y aitites en Doña Casilda

La pareja ha venido al parque de Doña Casilda por el Día de los Abuelos a participar en la iniciativa de la fotógrafa Naiara Gallego de Meraki estudio, un proyecto que organizó hace cuatro años al darse cuenta de que había un día específico para los más mayores de la casa y que consiste en la realización de fotos individuales a diferentes familias y una grupal. Tola y Lezaun se enteraron por su hija - que sigue la cuenta del estudio Meraki - de que, ellos incluidos, Gallego realizaría fotos a 16 familias en el día de hoy: "Nos pareció una propuesta muy chula", ha expresado la hija.

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Familias bilbainas que vuelven a sonreír por el Día de los Abuelos

UNA EDICIÓN ESPECIAL

La cuarta edición es más especial para Gallego que las anteriores, pues esta vez ha querido rendir un homenaje a los abuelos tras haber estado separados de sus familiares durante mucho tiempo por la pandemia. La fotógrafa apunta que tenía mucha afinidad con sus abuelos: "Me pareció buena idea hacer un homenaje sobre ellos. Qué mejor que regalarles una foto con sus nietos.

Además siempre acaban emocionados." Añade, además, que sus abuelos lo son todo porque son como unos segundos padres para ella: "Ellos me criaron y he aprendido mucho, por tanto, tengo una sensibilidad especial hacia ellos y cada vez que en el estudio me piden una sesión de nietos y abuelos la disfruto muchísimo".

La fotógrafa Naiara Gallego. José Mari Martínez

Lo disfruta tanto como la bilbaina Encarnación González, una vecina de 60 años que participa en el proyecto de Gallego año tras año y que se emociona cada vez que habla de sus nietas, ya que por ellas haría cualquier cosa: "Son como unas hijas más, ser abuela es algo muy grande". Ella sigue trabajando y en su caso lo más difícil de cuidar de sus nietas es compaginar los horarios, porque siempre tiene que andar "corre para aquí y corre para allá". Pese a ello está muy feliz de poder divertirse con ellas.

Como la vecina de Santutxu de 71 años, Jiménez, que viene cada año a hacerse la fotografía con su familia. Para ella es lo más importante, tanto como ser abuela: "Es lo mejor que te puede pasar en la vida. Es más bonito incluso que ser madre, porque yo cuando las he tenido ya no he tenido a mi marido al lado y solo tengo dos nietas, así que imaginate".

José Ignacio Ortiz de Zarate y María del Carmen Lezama, de 66 y 64 años y residentes en el Botxo, participaron el año pasado con su nieta mayor en la fotografía y este 2021 han querido repetir con la pequeña, aunque Lezama confiesa que han venido obligados por sus hijas. "¿Sabes lo que pasa? Que a mi no me gustan las fotos", confiesa Lezama entre risas. Pero por sus nietas hace lo que sea.

Cuando se enteró de que sería abuela ella quería que sus hijos disfrutasen de la vida, pero ahora mismo está encantada como su marido, que siempre quiso ser abuelo. "Ser abuela es un problema más", bromea "en realidad estoy muy contenta, aunque tengo que decir que somos muy independientes, no somos de esos abuelos que todos los días están con los nietos, es decir, cuando queremos los vamos a ver o cuando quieren vienen ellos también". Sin embargo, confiesa que lo más difícil de ser abuela es tener dos nietas que se llevan 15 meses: "Tienen muchos celos la una de la otra, yo me pongo mala, todo lo quieren las dos", expresa riéndose.

Esta iniciativa ha llegado para quedarse, o eso cree Naiara Gallego, pues tiene pensado realizarlo en los próximos años: "Todo dependerá de la situación que nos toque vivir, pero tengo en mente hacerlo todo un poco más grande".