De esas pequeñas acciones de apoyo se consigue grandes iniciativas que son dignas de contar en estos tiempos de pandemia. Veinte comerciantes de la calle Belostikale del Casco Viejo de Bilbao se han unido para poner en marcha una inicitiva muy solidaria para ayudar a los bares de la calle. "Nosotros podemos trabajar, ellos no", dice Leire de la tienda antitaurina.

Los comerciantes han sacado a la venta papeletas a 3 euros para una cesta repleta de productos y el dinero que recaude de la venta irá destinado a ayudar a los hosteleros ubicados en esta calle. "Es un precio símbolico, lo que cuesta un desayuno", apunta Leire.

Todo partió de una idea entre unos cuantos comerciantes de la calle. Al comprobar la situación en la que estaban los hosteleros que "dan mucha vida a la calle", los comerciantes decidieron aportar cada unos productos para ir llenando una cesta que está expuesta en la tienda Querido planeta. "Los hosteleros están muy agradecidos y por eso también han querido participar y han aportado productos y comidas a la cesta", relata Sol Ibañez, responsable de Querido Planeta. A la cesta no le falta de nada. Desde ropa, hasta productos de peluquería, comidas, desayunos, botellas de vino, sesiones de tatuaje... "Todo el dinero que se recaude por la venta de esas rifas será destinado integramente a los bares de la calle que no pueden abrir y que no lo están pasando nada bien con la situación", cuentan.

AMPLIACIÓN DE 400 PAPELETAS

La iniciativa ha tenido una gran acogida entre los consumidores hasta el punto de que hasta la fecha se han vendido 1.000 boletos y han decidido ampliarlo en 400 más. "A cada hostelero le tocará 1.400 euros; es una pequeña ayuda para sortear esta situación complicada que están atravesando con las restricciones".

Tal es el éxito que está teniendo esta idea que en otras zonas del Casco Viejo están pensando ponerlo en marcha. "Lo han copiado los de Carnicería Vieja y en otros territorios también lo van a poner en marcha", cuenta Sol Ibañez. Y es que cuando una idea es buena, no hay nada mejor que capiarla. "En esta calle somos como una familia y no podíamos mirar a otro lado y quedarnos de brazos cruzados. Entre todos aportando un poco podemos hacer que la situación sea un poco mejor", concluye Leire.