Quizás sea una de las inversiones municipales que más agradecen los bilbainos, sobre todo aquellos que viven en los barrios altos de la villa y a quienes la edad o las responsabilidaes familiares les obligan a utilizarlos por necesidad.

Son los ascensores y rampas que salvan importantes desniveles en Bilbao y que el año pasado registraron casi 30 millones de usuarios, diez millones más que en 2016. Es decir, en solo tres años, se ha incrementado en un tercio los clientes de esta movilidad vertical a la que el Ayuntamiento da tanta importancia o más que la que cubre la extendida red de Bilbobus o el metro y que cada año implica inversiones millonarias para el Consistorio, tanto en construcción como en mantenimiento.

"El objetivo principal es la mejora de la accesibilidad a los barrios, unirlos al resto de la ciudad y crear una conexión directa con los principales medios de transporte público", explica Alfonso Gil, concejal de Movilidad y Sostenibilidad, área responsable de gestionar su uso y mantenimiento después de que la concejalía de Obras y Planificación Urbana los diseña y construye, tras analizar las peticiones vecinales.

ASCENSORES Y RAMPAS EN BILBAO

El incremento espectacular se basa en dos hechos. El primero, la inauguración de más cabinas automáticas en estos tres años. 2016 se cerró con 31 aparatos y el pasado ejercicio concluyó con 44. El segundo, la medida tomada a partir del 1 de diciembre de 2018 por la que todos los ascensores y rampas operan las 24 horas del día. "Ampliar el horario de esta manera ha influido mucho en el incremento ya que en fines de semana, Aste Nagusia y otros eventos son aparatos muy usados por la noche", explicaron fuentes municipales.

Por esta razón, el mayor crecimiento en el trienio analizado se generó durante el pasado año, ejercicio en el que aumentaron los pasajeros de 24,83 a 29,75 millones, lo que supone casi un 20% de subida. Otro dato que avala la cada vez mayor utilización de estos transportes verticales es que, de 2018 a 2019, el parque de aparatos solo subió en cinco unidades, de 39 a 44.

USUARIOS DE ASCENSORES

El cálculo de usuarios lo efectúa el área de Movilidad y Sostenibilidad en base al ratio estipulado para este tipo de ascensores públicos urbanos de tres personas por cada viaje efectuados por las cabinas. De ahí que los 9.917.661 viajes registrados por la sociedad municipal Funicular de Artxanda, encargada de la gestión de todos los elevadores, hayan supuesto casi treinta millones de viajeros.

Sin embargo, el Ayuntamiento quiere más. Por eso ha iniciado la instalación en todas las máquinas de aforadores, dispositivos que contarán con exactitud el número de pasajeros que suben y bajan en cada viaje. Fuentes del área indicaron que "ya hemos instalado un aforador en uno de los ascensores y nos está dando cifras medias más elevadas que las tres personas de parámetro tipo que utilizamos hasta ahora".

Desgraciadamente, la pandemia y también afectará sobremanera al balance del presente año, en cuanto a usuarios se refiere después del periodo de confinamiento de tres meses en los que los usuarios descendieron drásticamente.

Disponibilidad

Otro aspecto a tener en cuenta en el balance de la actividad de ascensores del pasado año realizado por el Ayuntamiento, al que ha tenido acceso este periódico, es el de cuántas veces no pueden prestar servicio de forma normal. Es una leyenda urbana bastante extendida que los ascensores públicos siempre está averiados. El informe especifica que el parque tuvo el pasado año un índice de disponibilidad del 98,7%. Fuentes municipales indicaron al respecto que "se dan averías, pero muchas menos de las que cree el usuario. Solo nos acordamos cuando el ascensor está inhabilitado, no cuando funciona sin problema durante muchos meses seguidos". Ese alto porcentaje está por encima del compromiso de disponibilidad que marcan los contratos de las empresas que realizan el mantenimiento de los aparatos, fijado en el 95% del tiempo en servicio.

La seguridad es otro de los elementos que más plus aporta a la hora del aumento de los viajeros en este último trienio. La empresa municipal gestora, Funicular de Artxanda, mantiene un sistema de videovigilancia constante mediante cámaras ubicadas tanto en los accesos como en el interior de las cabinas, una garantía para muchos usuarios.

Así mismo, dispone de una conexión de fibra óptica con cada una de las instalaciones verticales que hace posible su puesta en marcha y la parada de los diferentes elevadores desde un control central cuando hace falta y en cualquier situación.

Las laderas sobre las que se asientan zonas como Begoña, Matiko o Uribarri, en la parte norte de la villa, o Rekalde, Betolaza y Ametzola, en la sur, son las que más requieren los servicios de estas cabinas casi todas transparentes. Son las de estos barrios las instalaciones más utilizadas. El ascensor más solicitado el último mes del año pasado fue el que conecta la plaza de Rekalde con la zona de Artazu. Cada jornada lo utilizaron de media 4.659 viajeros, seguido muy de cerca del ascensor de la plaza Moraza, en el que montaron 4.419 personas en una sola jornada. En esta clasificación aparecen a continuación las cabinas de Betolaza, con 4.302 usuarios; Begoña, con 3.771 personas, y los estéticos elevadores de Ametzola que unen el parque y la zona de Irala, con 3.732 viajeros cada jornada.

Sobre el uso a lo largo del año pasado, la media mensual en el total del parque de elevadores se mantuvo en los 825.000 pasajeros cada mes, marcando su punto más bajo en agosto cuando el éxodo vacacional se nota, ya que los usuarios bajaron a 771.631, mientras que el mes con más viajeros fue diciembre, con 858.000 viajeros.

El constante añadido de nuevas instalaciones superadoras de pendientes supone que la capital vizcaina mantenga el ratio más alto del Estado por cada 100.000 habitantes en este tipo de transporte vertical y sigue muy de cerca a Barcelona en el cómputo total de elevadores.