Los aledaños de la basílica de Begoña nada tendrán que ver el sábado con las tradicionales estampas de otros años durante el 15 de agosto: no habrá txosna, ni venta de rosquillas ni churrería... Solo una caseta para vender lotería. Pero es que tampoco en el interior del templo consagrado a la Amatxu se vivirán las escenas habituales de fieles apelotonados para asistir a misa: como máximo habrá 225 personas y todas con reserva previa. Y es que los daños colaterales causado por el covid-19 también interfieren en la celebración de fiestas de carácter religioso.

Por ejemplo, las eucaristías se celebrarán cada dos horas -en la era precovid se oficiaban cada media hora- para que haya tiempo suficiente de desinfectar todos los espacios de la basílica. Tampoco habrá oficios de madrugada, cuando antes empezaban a las 4.00 horas, sino que se desarrollarán desde las 6.00 hasta las 12.00 horas, cuando tenga lugar la Misa Mayor, oficiada por el obispo de Bilbao, Mario Iceta, a la que acudirá una representación reducida de la corporación municipal presidida por su alcalde, Juan Mari Aburto.

Habrá sesión vespertina, de 16.00 a 20.00 horas, para aquellas personas que no puedan acudir por la mañana. La Cofradía de Begoña se encargará de custodiar el templo a la hora del almuerzo. Otra de las novedades de este año excepcional es que las visitas se realizarán desde el atrio, sin acceder al templo. Tal y como informaron ayer desde la Hermandad de Begoña, se subirá al atrio en fila por la derecha, se rendirá un breve homenaje a la Amatxu y se saldrá por la izquierda.

No será esta la única medida “estricta y razonable” adoptada por la basílica de Begoña para tratar de proteger a los cofrades y a los fieles que puedan acercarse hasta el templo. La Cofradía de Begoña se ha propuesto controlar y evitar en todo momento cualquier aglomeración que pudiera darse en el exterior del recinto religioso.

“Solo si nos cuidamos este año nos volveremos a ver el que viene” subrayó Javier Diago, vicepresidente de la cofradía. Así, por ejemplo, el sábado únicamente habrá una caseta para vender lotería de Navidad -en participaciones de 5 euros-, lo que “facilitará aplicar medidas de seguridad como la organización de filas de fieles y el mantenimiento de distancias recomendadas”, apostilló. Además, la caseta estará equipada con mamparas de protección y con las medidas de higiene básicas, al tiempo que los cofrades se encargarán de que las personas que pueda haber en las proximidades mantengan la debida distancia de seguridad social.