Familiares de internos en una residencia de Bilbao se comunican y cantan desde la calle con sus allegados ante la imposibilidad de poderles realizar una visita, hasta que la Diputación de Bizkaia levante las restricciones impuestas por el coronavirus.

Félix Muñoz, que el próximo 11 de junio cumplirá 101 años, e interno en la residencia María Victoria de Bilbao, ha explicado que no pueden salir a la calle porque "se está muriendo la gente" y es "muy triste".

Por ello, el gerente de la residencia, José García Esteban, no deja acceder a ninguna persona a la misma "hasta que se arregle la cosa". "Vino mi hija pero no ha vuelto a entrar. Me llama por teléfono; ¿Qué tal estás, qué tal está la familia?, y ya está, ya le he dicho que no venga hasta que esté todo arreglado, estando bien todos, ¡qué vamos a pedir!", ha precisado.

Félix ha subrayado que, al tratarse de un primer piso, y que las ventanas del comedor dan al parque Doña Casilda, lo que se suele hacer es que se saluda por la ventana a la familia.

"Nos preguntan qué tal estamos, bien, qué tal la familia, bien. Como no pueden subir, pues nada, se les echa un beso desde arriba y ya está, qué vamos a hacer, la cosa es que no nos muramos ninguno, aunque tardemos en vernos qué vamos a hacer, luego ya nos apretaremos más", ha declarado.

Por su parte, Magdalena y Fernando, hermanos de Ana Mari, de 88 años y enferma de Alzheimer, se han acercado desde Algorta para saludar a su hermana y cantar con ella canciones típicas, como la de "Santurce a Bilbao", ya que es "muy cantarina".

"La ingresamos en febrero, y después pasó todo esto, y no la hemos podido ver. La vemos hasta más gordita, más tiesita, muy bien. Tenemos pena de no verla, y sacarla un poco por el parque. Hasta que nos digan para salir, no podemos hacer otra cosa que verla por la ventana. Igual ella casi no nos conoce mucho, ahora que ha pasado tiempo, pero luego, una vez de que cojamos el ritmo de volverla a ver, te conoce por la cara, por la voz, da lo mismo, con las chicas se ríe, es un encanto de mujer", ha afirmado Magdalena.

Por su parte, Fernando ha recordado que visitaban a su hermana todos los días. No fallábamos ni uno, unos por la mañana, otros por la tarde"- hasta que se declararon las restricciones y "hemos estado dos meses y pico sin poder verla".