Bilbao - Itziar Rincón se arma de valor y sube al escenario para concienciar a los más jóvenes sobre las agresiones machistas. “Una hostia es una hostia, pero detrás de eso hay muchísimas cosas más”, asegura.

Su expareja, con la que estuvo diez años, le hizo prácticamente la vida imposible. “Pasaron todo tipo de cosas pero el último año fue el peor”, relató con un hilo de voz. La insultaba. La menospreciaba. La dejaba en ridículo delante de su gente más cercana. Se alejó de sus amigos y estuvo prácticamente dos meses sin salir de casa. “Me dejó en verano, como hacía siempre, y la última vez dije que hasta aquí. No podía más”, cuenta.

Retomó el contacto con sus amigos, volvió a salir, a disfrutar de la vida. Conoció a muchas personas, entre ellas a su actual pareja. “Cuando se enteró mi expareja, comenzaron las amenazas, los insultos, me tocaba el timbre de madrugada. Así estuvo alrededor de siete meses”, recuerda entre lágrimas. Intentó denunciar pero no pudo. “Me dijeron que si no iba con la cara morada era su palabra contra la mía”. A pesar de que ha rehecho su vida, a día de hoy sigue sintiendo miedo.

Ayer contó su historia con pelos y señales delante de 200 adolescentes. ¿El objetivo? Concienciarles sobre la importancia de denunciar. “Antes de una agresión física hay un control del móvil, de amigos, de vestimenta... Es el maltrato más fuerte, el psicológico”, avisó. Y añadió: “Por favor, si estáis viviendo algo así, alejaos de esa persona y denunciad. Porque también es agresión”.

“Nunca me han pegado, pero contar mi experiencia, relatando todo lo que he vivido, me cuesta muchísimo”, aseguró entre lágrimas. “Si tenéis algún amigo que está viviendo algo similar, ayudarle a que abra los ojos”, finalizó. - L. Fernández