Bilbao - A falta de un soporte artístico, un clásico cartel de toros que está ultimándose -este año todo va más tarde que de costumbre por los cambios venidos y los que se anuncia, supongo...- en manos de Eulogio, habrá que mirar a los ojos la combinación de los carteles de las Corridas Generales de Bilbao, las señaladas presencias y las notables ausencias, cada cual con sus razones. El primer signo de modernidad -ya tiene bemoles anunciarlo así...- fue la presentación audiovisual de los carteles con sus respectivos hierros. El vídeo reveló los nueve carteles que compondrán las nueve tardes de abono de 2019, que se celebrarán entre los días 17 y 25 de agosto y trajo consigo las noticias del día, los dobletes de Enrique Ponce, Diego Urdiales y Roca Rey que doblan el paso y cimentan los carteles -algunas voces expresaban, sotto voce, un temor fundado: ¿qué ocurre si Enrique Ponce no se recupera a tiempo de la gravísima lesión conocida como rodilla catastrófica que le parará, según sus previsiones, hasta su reaparición el 14 de agosto en Málaga...?-; las restringidas presencias, con una sola tarde, de José Mari Manzanares y, sobre todo, de El Juli; los debuts como matadores de toros en Vista Alegre de Emilio de Justo y Pablo Aguado, el último terremoto, la revolución de los claveles del príncipe del toreo sevillí al que hoy cantan alabanzas, y la presencia de los triunfadores de la pasada Feria de San Isidro: Antonio Ferrera, Paco Ureña y Román. La presencia de Aguado contrasta con las ausencias de Morante de la Puebla y, sobre todo, de José Tomás.

Ese fue el punto caliente de una presentación donde tomó la palabra Alfonso Gil, nuevo administrador general de la plaza de toros de Vista Alegre. “Nunca he escondido mi afición por los toros. Asumo el nombramiento con orgullo y responsabilidad y reconozco públicamente cumplir un sueño”, dijo a modo de presentación, rematada con la larga cambiada de un par de recuerdos para dos señaladas ausencias: K-Toño Frade y Paco Cerezo.

Lo hizo antes de meterse en harina y antes de deshacerse en los porqués de la ausencia del diestro de Galapagar. No salió mal del trance cuando explicó cómo “todo el mundo sabe que es un torero distinto. Respetemos sus tiempos”, dijo, “y mantengamos abiertas las puertas del Vista Alegre para que 2020, por qué no, pueda ser el año de su regreso. Van a pasar muchas cosas en Bilbao ese año, incluida una Eurocopa, y hay que trabajar para crear las condiciones oportunas”, añadió, en un discurso que aventuraba nuevas maneras y nuevas formas de actuar. Pablo Chopera, en segundo plano, añadió una dificultad. “Hay que considerar que José Tomás no torea por necesidad, sino que lo hace para su satisfacción y ahí es él quien elige”.

A estas ausencias señaladas han de sumarse otros nombres cuya presencia -y en algunos casos, su misma ausencia...- eran tradición. Así, faltarán, por distintas razones, el rejoneador Diego Ventura, así como los diestros Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera, Cayetano, López Simón y David de Miranda, torero que salió a hombros por la puerta grande de Las Ventas, gesta que antaño abría la del paseíllo de Vista Alegre.

Es de ley admitir que aparecen en las Corridas Generales nombres que se barajan para los carteles principales de un futuro muy, muy próximo. Ahí están Ginés Marín, Román, Juan Leal, José Garrido o Álvaro Lorenzo, entre otros. Regresan, a su vez, dos nombres de la vieja escuela: Finito de Córdoba y Domingo López-Chaves, que llevaba una docena de años sin pisar el albero de Vista Alegre. Volverá para matar el encierro de Miura en el que está considerado el año de su resurrección. ¿Acaso no es esa misma la que se espera para el coso de Martín Agüero?