Bilbao - Hace ya 17 años que el tranvía comenzó a circular entre Atxuri y Pío Baroja. Millones de kilómetros recorridos sobre los raíles encajados en la calzada. En las curvas cerradas, que son las que más desgaste sufren, solo se han realizado actuaciones puntuales, por lo que ha llegado el momento de acometer una renovación completa de estos tramos de las vías. No es una operación sencilla, ya que las obras tienen que convivir con el propio servicio del tren ligero y el tráfico de las calles de Bilbao. Por eso, Eusko Trenbide Sareak (ETS) abordará en primer lugar la renovación de los carriles de la curva de Atxuri, que servirá de banco de pruebas para definir una metodología de trabajo que pueda ser utilizada después en el resto de giros.

La primera fase del tranvía de Bilbao se materializó con la inauguración del tramo Atxuri-Pío Baroja en diciembre de 2002. Desde esa fecha hasta el día de hoy, el tranvía se ha ido expandiendo inaugurando su última ampliación, entre Basurto y La Casilla, durante 2012. A corto plazo, además, el tranvía se prolongará hasta Bolueta, circulando por las vías de la línea Bilbao-Donostia, y se acometerá en un plazo más largo el cierre del anillo tranviario a partir de la parada final de La Casilla.

Desde la puesta en servicio de su primera fase hasta hoy han transcurrido casi 17 años, en los que los tranvías han circulado todos los días cada diez minutos, en casi todas las franjas horarias de lunes a sábado, y cada quince minutos domingos y festivos. Si se une el número de circulaciones a un trazado con curvas marcadamente cerradas, se llega a la situación actual, en la que varias de estas curvas presentan un desgaste acusado del carril, como la de la salida desde la parada de Atxuri, la de la Plaza Circular o la del giro entre Sabino Arana y la calle Zunzunegi. Hasta ahora, se han ido regenerando las vías de las curvas, aportando material mediante soldadura eléctrica. Sin embargo, el estado en el que se encuentran ya no admite más actuaciones de este tipo y es necesario sustituir los carriles para volver a recuperar el estado de rodadura que tenían cuando el tranvía entró en servicio.

La ejecución de estos trabajos en todas las curvas en las que es necesario sustituir el carril es muy complicada, ya que generaría afecciones importantes tanto al propio servicio del tranvía como al tráfico rodado de las calles por las que discurre el trazado. Esa operación, que en el caso de los ferrocarriles es relativamente sencilla, se complica en el caso de los tranvías por la afección que supone sobre la infraestructura, al tener que demoler parte de la plataforma por donde rueda para extraer el carril y, posteriormente, restituirla de nuevo.

Como va a ser necesario sustituir los carriles de varias zonas de curvas en próximas fechas, y en un futuro también en el tranvía de Gasteiz, ETS, el ente que acomete todas las obras ferroviarias dependientes del Gobierno vasco, quiere encontrar una metodología con la que realizar estos trabajos generando las mínimas afecciones posibles tanto al servicio tranviario como al tráfico rodado. Además, se aprovechará para dejar tanto la plataforma de la vía como el armamento preparado de tal forma que, si hubiera que realizar nuevas sustituciones, estas se puedan realizar causando una interferencia mínima.

Para ello, en primer lugar se acometerá la sustitución de los carriles de la curva de Atxuri, en el giro entre la última parada del tranvía junto a la estación y la calle del mismo nombre. Además del armamento propiamente dicho, en esta curva hay embebido en hormigón un circuito de vía tranviario, existen espiras para la señalización semafórica y, en la losa de hormigón en la que se asienta la vía, a mayor profundidad, discurren canalizaciones de energía, comunicaciones y cables de señalización.

Los trabajos de sustitución de esta curva serán aprovechados para definir una metodología que pueda ser aplicada en el resto de curvas que deberán ser renovadas. Se buscará también un tipo de material que sea más resistente al desgaste y a la erosión que el acero al manganeso utilizado actualmente y que ha dado resultados poco satisfactorios, sobre todo en los puntos donde las condiciones son más severas. El nuevo material deberá permitir soldaduras en trabajos de mantenimiento con aporte de material como los llevados a cabo hasta la fecha.

El próximo otoño Las previsiones son que estas obras se puedan acometer el próximo otoño y se prolongarán durante tres meses. Hay que tener en cuenta que la obra puede implicar el corte tanto de la circulación del tranvía como del vial por el que discurre la curva, por lo que se deberá acordar cuándo se realiza tanto con el Ayuntamiento de Bilbao, como propietario del vial, como con el operador del tranvía, en este caso Euskotren. En cualquier caso, de ser necesario, dicha interrupción del servicio será inferior a una semana. Los trabajos, tanto la sustitución de los carriles de Atxuri como del proyecto para actuar en el resto de las curvas del trazado, tendrán un coste total de 100.000 euros.