Bilbao - Las comisaría de la Policía Municipal estrenada a finales de 2017 en el edificio de Materias Inflamables compartirá sus instalaciones con actividades sociales y culturales. Tras diversas reuniones para consensuar los usos alternativos del inmueble, conocido también como La Perrera, las asociaciones vecinales de Basurto y el Ayuntamiento de Bilbao han pulido un borrador que será la hoja de ruta del futuro proyecto arquitectónico y constructivo. De esa forma, el antiguo almacén acogerá equipamientos de proximidad para el barrio, como una biblioteca o un GazteLab, pero también instalaciones culturales de ciudad, como la sede de Zinebi o Centro de Fotografía Contemporáneo (CFC). Además, se ha comprometido un espacio para el desembarco de la Universidad de Navarra en Bilbao.

Aunque el proyecto está en una fase incipiente -no cuenta con plazos ni presupuesto-, desde la Asociación de Vecinos de Basurto han mostrado su satisfacción por el futuro de inmueble ubicado en la avenida Sabino Arana que, a su vez, supondrá también la reorganización del centro municipal de distrito de Zankoeta. “De lo que en un principio pensábamos que iba a ser a lo que será hay una diferencia notable”, relata Begoña G. Vivanco, presidenta de la asociación. De hecho, según revela, el Consistorio bilbaino expuso en su día la intención de que en el espacio restante -la comisaría ocupa alrededor de 1.600 metros cuadrados del inmueble, que posee algo más de 6.300 metros cuadrados construidos- se emplazara un auzo factory, proyecto ideado para atraer actividad económica.

“Ha sido una agradable sorpresa”, expone la presidenta respecto a que el Consistorio haya desistido de su intención de ubicar el centro de emprendimiento. Juanjo Lezeta, miembro de la asociación, asegura que se trata de un cambio “consecuencia de la futura Torre Bizkaia, donde la Diputación y el Ayuntamiento van a asentar un centro de desarrollo económico”. De esa forma, Vivanco asegura que “se ha liberado espacio que se va a poder aprovechar para otros usos”, entre los que la mayoría se han destinado a la cultura. “También hay actividades privadas que quieren que ayuden al sostenimiento del centro”, puntualiza.

Tres plantas Ejemplo de ello es el espacio multiusos vislumbrado en la planta sótano, donde proponen un triple uso: una sala de exposiciones que satisfaga la demanda de los usuarios, un espacio para conferencias que albergue charlas -como los Jueves de Arquitectura de la Universidad de Navarra o el Viernes del CFC- y un local de hostelería que podría generar ingresos recurrentes. “Hemos matizado que nos gustaría que el espacio de hostelería quede relegado a un segundo plano”, afirma Regina Plaza, una de las vecinas, sobre el local que cuenta con un acceso independiente, lo que permitiría que tuviera un horario más amplio y una terraza. “Comentaron que querían que fuera algo similar al local que tiene la Universidad de Mondragon en Uribitarte”, señala la presidenta en referencia al café-bar Dock, donde se celebran eventos de muy diversa índole.

La planta baja, además de varios habitáculos para almacenes, acogerá una biblioteca-mediateka de dimensiones considerables que además de contenido generalista abarcará secciones especializadas en arquitectura, fotografía y cine. Se trata de una infraestructura que había desaparecido en el barrio. “Habíamos apostado por ella de forma decisiva, fue la propuesta que más apoyo recabó”, explica Javier Muñoz, miembro de la asociación. También se trasladará a Materias Inflamables FormArte, un centro formativo de desarrollo personal a través de la creación literaria para personas con discapacidad psíquica o intelectual. Además del KZgune, que se trasladará desde Zankoeta, también se ubicará en la planta baja el GazteLab, un espacio destinado a adolescentes de 14 a 18 años, donde podrán encontrarse con adolescentes de su edad. “Nos queda definir un espacio para los niños de 12 a 14 años”, indica Regina Plaza sobre este punto.

La planta superior acogerá una sala de estudio que los vecinos estiman más pequeña de lo que les gustaría. “Nos parece muy interesante que se vayan a implantar Zinebi o el CFC”, afirma por contra Begoña G. Vivanco. En el caso del Festival de cine documental y cortometraje de Bilbao, se plantea que La Perrera se convierta en la sede de la organización para que busque sinergias con otros proyectos ubicados en el mismo espacio. En cuanto al CFC se idea como un proyecto orientado a hacer de la fotografía un motivo de encuentro, formación y cultura: escuela, sala de exposiciones y revista conforman sus objetivos. Además de un espacio para la Universidad de Navarra, la primera planta prevé acoger una iniciativa liderada por el Gobierno vasco que busca impulsar la cultura maker en Euskadi. MKGunea se plantea como proyecto piloto para facilitar el acceso a las herramientas digitales y 3D de ideación, diseño y fabricación para impulsar nuevos negocios.

Unidad vecinal Los miembros de la asociación destacan la unidad vecinal que ha hecho posible que el borrador alcance un alto grado de aprobación. “Llevamos desde 2015 trabajando en un proyecto que presentamos en el Ayuntamiento, pero antes lo mostramos a los distintos colectivos del barrio, a los que les pareció muy correcto. Nos han apoyado desde el principio”, expone la presidenta. A pesar de ello, revela algunas carencias que han acusado algunos grupos, como el Beti Jai Alai, que echa de menos un espacio para poder ejecutar sus danzas. “La asignatura pendiente es un salón de actos con escenario. Nos dijeron que por la arquitectura del edificio, que tienen bastantes pilares, no es posible”, apunta Regina, quien considera que es el salón de actos “es una necesidad para los casi 20.000 habitantes a los que se acercará Basurto cuando terminen las torres Garellano”.

“Confiamos en que en un futuro se le puedan construir otro par de plantas al edificio, mientras tanto seguiremos pidiendo un salón de actos”, asegura Begoña G. Vivanco, quien, aunque no haya fechas, mantiene la esperanza de que a un año vista el proyecto eche a andar. Por su parte, Javier Muñoz, con amplia experiencia en participación ciudadana, apunta que seguirán en guardia mientras no estén las tres P: “Un proyecto constructivo, un presupuesto que lo avale y unos plazos a cumplir”.