Tras un intenso proceso de reflexión por parte de los grupos parroquiales del valle, el 30 de marzo de 1996 se fundó oficialmente Cáritas Arratia para desarrollar una labor de ayuda a las poblaciones de Zeanuri, Areatza, Artea, Arantzazu, Dima, Igorre, Lemoa y Bedia. Desde entonces, hace ya 26 años, un gran grupo de voluntarias y voluntarios han sido ejemplo de solidaridad en el valle, algunos ya han fallecido y otros han ido dejando esta loable tarea por motivos de edad, salud o familiares. Pero Cáritas Arratia no se olvida de ellos y ha organizado un sencillo acto de agradecimiento que tendrá lugar este jueves, a las 17.00 horas, en los locales de la parroquia de Igorre con el objetivo de “recordarnos que la vida nos llama a actuar, pero no de forma aislada sino en comunidad”, apunta Mavi Laiseca, coordinadora general de Cáritas Bizkaia, que estará presente en un evento en el que se hará mención especial a Carmen Astondoa (Igorre), Carmen Ariznabarreta (Areatza) y Nati Ziarrusta (Zeanuri), voluntarias fallecidas durante estos años.

El acto comenzará con una conferencia, abierta a todo el público, a cargo de Laiseca que disertará sobre la identidad de Cáritas y, a continuación, llegará el sencillo pero sentido agradecimiento a los antiguos voluntarios de Cáritas Arratia por el tiempo, cariño y trabajo dedicado a servir a los más necesitados del valle. “Trabajar con las personas en situación de dificultad desde el reconocimiento de la dignidad y los derechos es una apuesta importante y no siempre fácil de mantener”, reconoce la coordinadora general. “En ocasiones las demandas nos desbordan, no sabemos qué o cómo hacer para dar respuesta a tantas situaciones de vulnerabilidad, a veces pensamos que no avanzamos, perdemos ilusión... Por eso es importante parar, mirar hacia atrás, ver el trabajo realizado, las vidas acompañadas o las experiencias disfrutadas. Mirar hacia atrás y ver el camino recorrido y mirar el presente, el entorno más cercano y el más lejano”, añade.

En la actualidad, Cáritas Arratia cuenta con 25 voluntarios y “el grupo está abierto a cualquier persona que quiera colaborar en esta tarea”, asegura Maribel Salcedo, coordinadora del voluntariado a nivel de Arratia. Y a la hora de ofrecer sus servicios, “no preguntamos ni por el color de la piel, ni por el credo religioso o la afiliación política. Si hay que ayudar y podemos hacerlo, no lo dudamos”, añade Maribel Salcedo con los brazos abiertos.