Aunque reside en Tarazona, nunca olvida sus raíces basauritarras, que le han marcado para siempre. El artista Fernando Escribano Erlantz llegará próximamente a Basauri con su última colección de pinturas. Del 22 de enero al 18 de febrero estará en Torre de Ariz con su exposición Ilunpetatik ortzadarrera-De la oscuridad al color. De la muestra que traerá a su pueblo natal comenta que "es una exposición de lo último que he realizado y para mí tiene mucho valor, pues es un Neoexpresionismo social en el que se reflejan muchas sensaciones y vivencias". Asegura que tiene parte de autorretrato. Todos estos cuadros los pintó durante la pandemia, "en la cual tuve unos problemas cardíacos importantes y a pesar de ello salieron adelante todos estos cuadros de gran formato, pues era una necesidad vital para mí pintarlos".En cuanto a su obra y estilo, "mi obra siempre comienza en la abstracción y los siguientes pasos los damos el soporte y yo, llevándome al final del camino que es la conclusión del cuadro". Siempre transmite "lo que llevo dentro, lo cual se transforma en denuncia social, pues soy una persona que sabe de dónde viene y mi concepto de clase no lo he perdido nunca, pues además siempre he estado en el activismo social y mi pueblo Basauri y mi barrio Ariz, marcan mucho". Esa denuncia social y temas sociales son clave en su obra, y para ello "me expreso sobre el soporte con un estilo Neoexpresionista, trabajando con pigmentos en polvo y preparando yo la pintura acrílica. También realizo escultura estructural con perfiles de acero bajo el desarrollo del cuadrado", explica. El arte siempre le ha gustado. Tal y como recuerda, "mi padre Saturnino cuando emigró de Nafarroa a Basauri era pintor e intentó vivir de ello, pero la vida no se lo permitió y tuvo que dedicarse a otros trabajos en las fábricas que había en la zona". Pero siempre "se preocupó de transmitirme el amor por la pintura. Por tanto desde pequeño estaba impregnado de esta disciplina plástica y sentía y he sentido siempre la necesidad de expresarme con la pintura, pues para mí la pintura es la vida y es un camino que me lleva a desarrollar y comunicar lo que siento".

El arte le aporta "vida, me aporta libertad, sentido...". La creación de una obra, cuando la está pintando, "me produce un estado de ánimo interior el cual me lleva a sentirme ajeno a todo lo que me rodea. No tengo una sensación especial de satisfacción por alguna obra o momento, pues cuando termino un cuadro el momento pictórico de dicho cuadro ya ha terminado y estoy ya mentalmente buscando el siguiente momento".

Con formación en Bellas Artes, Erlantz cuenta con una dilatada carrera artística, que lo ha llevado a exponer en muchas partes del Estado e incluso en Londres, pero "exponer en Basauri, a pesar de haber expuesto en muchos sitios, es algo muy especial, es volver a mi casa, a mi barrio, a donde está mi gente, quiero enseñar a mi pueblo mi interior emocional", comenta emocionado. Además de la parte más creativa, cuenta con una escuela-taller de arte en Tarazona. "El proyecto surgió por una necesidad simple de supervivencia, a mi estudio venía gente a verme y me propusieron que les diera clases de pintura y así empecé", recuerda. En cuanto a esta experiencia, "el primer sorprendido fui yo, al encontrarme realizado artísticamente pues mi forma de enseñar es transmitiendo el amor a la pintura, pasando por el momento creativo y que mis alumnos entiendan ese momento".

No ha sido sencillo ganarse la vida con el arte, "pero hay que estar muy seguro de lo que quieres y apostar por ello, la necesidad de expresarte artísticamente es más fuerte que otras necesidades de la vida, por eso sigues adelante y luchas por crear y por tu obra". Aunque sigue exponiendo la obra que traerá a Basauri, ya trabaja en más proyectos, que en estos momentos "están centrados en preparar otra serie en la que ya estoy trabajando y en concretar esta exposición cerrándola en otras galerías". "Además estoy desarrollando una serie de esculturas en las cuales voy trabajando".