Veinticinco pequeñas perlas literarias es lo que el lector descubre al abrir las tapas de Peces de Terraza. Veinticinco historias que tienen como protagonistas a mujeres de diferente edad y condición, como aquella que quiere regresar a un continente inalcanzable, o la anciana a la que los achaques no le impiden bailar con su marido enfermo, o la niña que pide a su padre que el dragón azul que un día vivió en su familia vuelva... Mujeres que, al igual que los peces que nadan entre los cristales transparentes de un acuario, sienten estar viviendo en el lugar equivocado, ya sea por las circunstancias o porque lo han elegido ellas mismas.

Tras la publicación el año pasado de su ópera prima, el libro de poemas Esencia Urbana, la escritora Arantza Álava -natural de Bilbao, pero residente en Orduña desde hace más de una década- se adentra en su segunda obra en el relato corto, género en el que fue ganadora del concurso de microcuentos Ciudad de Orduña 2020 y que "fue el detonante que me animó a publicar, algo que no había hecho nunca a pesar de que escribo versos y prosa desde la adolescencia", recuerda. Es por ello que, de alguna manera, "se puede decir que este libro se estaba ya creando" aunque a la hora de seleccionar su contenido "elegí 12 relatos antiguos, de los que al final solo aparecen 7 y reescritos, y los otros 18 son completamente nuevos", precisa. Todo para seguir un mismo hilo conductor que queda perfectamente reflejado en Peces de Terraza, título de una de sus historias y también del libro. "Fue al escribirlo cuando me di cuenta de que todos los relatos estaban, de alguna manera, recogidos en esa frase. El hábitat de los peces no son las terrazas y ocurre lo mismo con las protagonistas de estas páginas. Muchas quieren huir y buscar un lugar mejor, otras volver a su océano y, las menos, han encontrado su lugar soñado en la terraza", explica. Pero no solo eso. "En ese título encontré, además, el espejo que necesitaba para que el lector se viera reflejado en temas del día a día que preocupan al ser humano como el amor, la soledad, la amistad, la vejez, o la muerte".

Contar y emocionar desde la perspectiva, vivencias y pensamientos de una mujer es, de alguna manera, el denominador común de la obra. "Me gusta escribir sobre lo que sé y, obviamente, me siento más identificada con las mujeres que con los hombres. Tengo una parte muy femenina y es inevitable, casi siempre me pongo en la cabeza de una mujer", reconoce la autora. A pesar de ese nexo de unión entre todos, cada uno de los veinticinco relatos de Peces de Terraza es independiente. "Cada uno de ellos se entiende por sí solo, aunque hay dos que comparten protagonista: Tu viajas en Panda e Imágenes planas", indica.

Aún así, para Arantza Álava la esencia de sus relatos es universal. "Cuento escenas del día a día, muy reconocibles para cualquier tipo de lector. Yo concibo escribir como un modo de conocimiento. Observo, indago en las relaciones personales y no me quedo en la superficie. Elijo el lugar adecuado desde el que mirar y, desde ahí, creo mi historia", apunta. Eso sí, asegura que algunos de los cuentos tienen algún sesgo autobiográfico como El Niño o El callejón "queera el lugar donde, de niña, jugaba y soñaba", mientras que en Letras desteñidas "reflejo la manera en que viví y me enfrenté a la enfermedad de mi padre".

Estilo claro y directo

En cuanto al lenguaje que utiliza, la autora afincada en Orduña lo define como "directo y despojado de artificios, que se aleja de la retórica y de lo altamente elaborado y codificado y huye de los adornos y de las frases subordinadas". Sus relatos, afirma, están "llenos de imágenes" y aunque se percibe en ellos "mi vena poética, es prosa pura y dura". El objetivo que persigue con el género del relato corto es que "el lector los lea despacio, con tranquilidad y quizá, más de una vez" porque afirma que "contienen varias capas de significado y si escarbas y escarbas en ellos, puedes encontrarlos y reflexionar sobre muchas cuestiones".

Si el contenido del libro es importante, también lo es el continente, es decir, la portada. "Tenía muchas dudas y recurrí a Magda Torrelles, una fotógrafa a la que conocí a través de redes sociales, me enganchó e hicimos alguna colaboración juntas uniendo poesía e imágenes". Por eso, "pensé en ella para que resolviera las inmensas dudas que tenía sobre lo que iba a ser la carta de presentación de Peces de Terraza". Tras explicar a Magda ese hilo conductor que une todos los relatos "me envió una fotografía que me encandiló, la de una joven resolutiva a la que los problemas no le frenan y que avanza, una joven en constante movimiento con un vestido color teja que ella, después, tiñó de rojo porque necesitábamos la pasión que ese color imprime". Arantza Álava es muy clara con el resultado final. "Magda ha conseguido concentrar todos mis relatos en una sola imagen, y no puedo estar más agradecida a su profesionalidad y generosidad porque ha sabido ver mejor que yo la portada de mis sueños".

Y agradecida está también la autora a la librería Mahor de Orduña que al igual que hizo con su primer libro, Esencia Urbana, se ha hecho cargo de la publicación de Esencia UrbanaPeces de Terraza ya como Mahor Ediciones. "Ha sido un lujo volver a trabajar con su propietario, Rubén. Me ha dejado vía libre durante todo el proceso y es un honor que mi nuevo libro sea el primer título de una editorial que nace con el objetivo de apoyar a escritores locales". Además, la distribución, a través de los sellos Elkar y Azeta, "va a ser nacional y el libro se puede adquirir ya, bajo pedido, en cualquier punto del Estado". Emocionada e ilusionada está también Arantza Álava con su intensa agenda de presentaciones, algo que debido a las restricciones motivadas por la pandemia no pudo hacer, como hubiera deseado, con su libro de poemas. La autora ya ha estado en el museo etnográfico del Valle de Villaverde (Cantabria) y el próximo día 15 hará lo propio en Mahón (Menorca) mientras que el 2 de noviembre estará con su acuario literario en Basauri. "En diciembre es posible que acuda al Viajero Sedentario, un café literario de Sevilla, y en febrero a la librería Villa Serendipia de Peñafiel, en Valladolid. También habrá presentación en Orduña y puede que en otros lugares como Lleida y Gasteiz", avanza.

"Mi lenguaje es directo, despojado de artificios y lleno de imágenes que hacen reflexionar"

Escritora afincada en Orduña

"Aunque todo el libro sigue un mismo hilo conductor, cada uno de los 25 relatos de 'Peces de terraza' es independiente"