16 de abril de 2019. Era la primera vez que Enrique Arberas Mendibil acudía con su ama Nati a coger perretxikos sin la presencia de su aita “que había muerto el verano anterior”, recuerda. Era una situación nueva para ellos, puesto que sus padres “llevaban 45 años subiendo a la Sierra Salvada en busca de esta preciada seta”, y a algo mucho más intenso y emocional ya que esta actividad familiar siempre ha sido “para nosotros escuchar al corzo, a los pájaros, a los mastines... ver si una vaca estaba preñada, hablar con los pastores...”.Muy poco después, el 1 de mayo, en una nueva salida a la que también se unió Pili, amiga de su ama, “se me ocurrió escribir un libro dedicado exclusivamente al perretxiko, mientras estábamos en el setal de la curva. El biólogo, autor de obras como Las raíces del tejo en Ayala, obra dedicada a la gran biodiversidad de Maroño o de publicaciones sobre el pastoreo, asegura que cuando trasladó la idea a conocidos y allegados “me dijeron que era una locura, pero yo estaba confiado” por lo que, lejos de desistir, “seguí adelante y, poco a poco, me di cuenta de que este tema podía dar para mucho”.

Y así ha sido. El resultado de más de un año de investigación, de búsqueda documental, de alrededor de 50 entrevistas con perretxikeros de la zona o con entidades como la Sociedad Micológica Arriola, de Amurrio, o la Asociación Micológica Leonesa San Jorge, es Perretxiko, el oro blanco de los vascos, una extensa obra de 240 páginas divididas en siete capítulos que, tal y como se define en el trail book, “es y no es una guía de setas, es y no es un ensayo de naturaleza, es y no es un libro de gastronomía, es y no es un libro de fotografía”. Enrique Arberas lo tiene muy claro: “ante todo, es un homenaje a mi aita y, por añadidura, a mi ama, quién durante más de 40 años, compartió con él una pasión común: perretxikear en la Sierra Salvada”.

Durante el proceso de búsqueda de información, Arberas asegura haber descubierto “lo imaginable y lo inimaginable” sobre una seta de primavera que necesita de suelo calcáreo para brotar, que tiene una imagen inconfundible porque “por lo general, no sale ninguna otra en esa época” y cuyo principal valor “está en el aroma y en el gusto”, hasta el punto de que “incluso se puede comer en crudo, de hecho es lo que yo hago siempre con el primer perretxiko que cojo”.

La seta de Orduña

Como no podía ser de otra manera, uno de los capítulos se centra en la historia y tradición del perretxiko en Orduña, una fama que el propio autor define como “un fenómeno extraño” y que aborda y analiza en profundidad. A pesar de sus indagaciones, “seguimos sin descubrir, al menos hasta el momento actual, desde cuándo al perretxiko se le conoce como seta de Orduña”, aunque apunta como documento más antiguo que atestigua ese nombre popular el libro de Euskalerriko Perrechikuak, Setas u Hongos del País Vasco, de Telesforo de Aranzadi publicado en 1897 donde queda constatado que “en aquella época, ya lo llamaban así en Bilbao, quizá porque los perretxikos que llegaban al mercado fueran mayoritariamente cogidos en el entorno de Orduña”.

También menciona, como una más que posible causa de su gran popularidad, a la orduñesa Manuela Manrique que, en 1928 y cuando contaba con 38 años de edad, decidió abrir junto a su marido el restaurante Casa Llarena en una época de gran esplendor para la ciudad. Su carta incluía menestra de verduras de la fértil vega de Orduña, cordero de raza latxa de las ovejas que pastaban en la Sierra Salvada, merluza del Cantábrico y “como plato estrella, el perretxiko”. Tal fue su éxito que por el restaurante Llarena llegaron a pasar personalidades tan dispares como los lehendakaris José Antonio Aguirre y Carlos Garaikoetxea, la periodista Rosa María Mateos, pelotaris, jugadores del Athletic de Bilbao o el grupo de música Mocedades “que iba a comer expresamente perretixikos”.

La obra ahonda también en el particular mundo del setero o perretxikero “que posee valores y actitudes como la autodisciplina, la paciencia, la firme tomas de decisiones, la astucia o la adaptabilidad” y que acude a la búsqueda del oro blanco “con su propia cesta y su propio palo en forma de T o de L”. Arberas incide, además, en el secretismo que existe sobre la ubicación de los setales hasta el punto de que se desarrollan “artes zorrunas” para evitar su descubrimiento por parte de otras personas. “Algunos acuden solo en días de niebla, otros llegan a cambiarse de ropa en el camino para despistar y nunca se dirigen al setal si ven a gente cerca”, indica.

El libro se completa con capítulos sobre la evolución del paisaje del perretxiko en la Sierra Salvada, la descripción de una jornada en el capítulo Perretxikeando con ama, un apartado de notas de campo del propio Enrique Arberas, el arte culinario que rodea a esta seta a través de recetas maestras y una visión nueva y particular del perretxiko a través de la mirada fotográfica de Santiago Yaniz. El autor nutre, además, las páginas con colaboraciones especiales como un relato del escritor José Luis Urrutia, una poesía de Idoia Mielgo Merino o un artículo de Juanjo Hidalgo titulado El perretxiko y las imágenes de la Virgen María. Todo suma y aporta valor y calidad a una obra sobre la tradición de coger una seta que “está tan arraigada entre el pueblo vasco que me atrevo a decir, sin temor a equivocarme, que se encuentra a la altura de otras sobradamente conocidas como pueden ser el idioma, la danza, los bertsos o el deporte rural”, afirma el biólogo con rotundidad. El perretxiko, el oro blanco de los vascos se encuentra ya a la venta y ha sido presentado en localidades como Orduña, Vitoria-Gasteiz o Zaratamo.

Dedicado a sus padres. El biólogo y naturalista Enrique Arberas Mendibil dedica la obra a su aita, fallecido hace tres años, y a su ama, quienes le contagiaron la pasión familiar de ‘perretxikear’ en la Sierra Salvada y que, a pesar de la insustituible ausencia paterna, aún continúa.

Siete capítulos. La extensa y detallada obra desgrana, a través de 240 páginas, la historia y tradición de esta popular y exquisita seta de primavera en 7 capítulos titulados: ‘El perretxiko’, ‘La seta de Orduña’, ‘La evolución del paisaje del perretxiko en Sierra Salvada’, ‘Perretxikeando con ama’, ‘Notas de campo (Diario de un naturalista)’, ‘Arte culinario’ y ‘Arte esporádico’.

Colaboraciones especiales. A la información, documentación y los numerosos testimonios recogidos en el libro ‘Perretxiko, el oro blanco de los vascos’, se unen aportaciones como un relato del escritor José Luis Urrutia, un poema de Idoia Mielgo, un artículo de Juanjo Hidalgo sobre el perretxiko y las imágenes de la Virgen María, además bellas instantáneas del fotógrafo Santiago Yaniz.

“El libro es un homenaje a mi aita y a mi ama, y a su pasión común: coger perretxikos en la sierra”

“En mi investigación, he hallado lo imaginable y lo inimaginable de esta seta de primavera ”

Biólogo y autor del libro