Algunas personas sacan lo mejor de sí mismas cuando encuentran dificultades en su camino. El virus y sus consecuencias no han dejado de trastocar el día a día de la mayoría de la sociedad, y la cultura no se ha librado del caprichoso destino de una pandemia que ha golpeado con dureza a los creadores vascos. Pero Unai Etxebarria ha aprovechado todo ese tiempo en casa para dar forma al que ya es su segundo disco.

El joven basauritarra, que gestó este trabajo musical durante el confinamiento y recientemente lo ha sacado a la luz, ha decidido hacer el disco íntegramente en euskera. Las nueve canciones de las que se compone hablan de diversos temas, pero siempre con el sello personal de Etxebarria que, nuevamente, hace guiños a la cultura que desde pequeño ha vivido en el seno de su familia. En este sentido, y tal y como explica el propio Etxebarria, "he querido dar más importancia a la voz, tomando un poco de distancia de ese sonido más rockero que empecé haciendo, e introduciendo instrumentos como la trikitixa, por ejemplo en el single Musu bat -que da nombre el disco-, nunca olvidando las raíces, desde donde venimos".

Con el resultado no puede estar más contento: "He quedado muy contento con este segundo trabajo, que lo hago íntegramente en euskera. Está autoproducido, al igual que el primero y tiene mucho trabajo por detrás, pero como se suele decir, sarna con gusto no pica", comenta. En este nuevo álbum, "he querido meter un poco de desamor también junto con letras críticas, que es algo que siempre me gusta hacer, siempre con autocrítica, claro", explica. Y es que no ha dejado pasar por alto los duros momentos que se han vivido y se siguen padeciendo en estos momentos. Así, "tampoco he querido olvidar a todos los que hemos dejado atrás y dedico una canción solo a voz y piano, que a pesar de haberla escuchado más de cincuenta veces, aún me hace sentir cosas". Se refiere a la canción Adinekoen nahia, un tema dedicado a los mayores y en el que ha puesto todo lo que lleva dentro el artista de Basauri.

En el proceso de dar forma al álbum, cuenta que "empecé a escribir nuevas letras y a componer alguna melodía ligera que, acompañados una vez más en el estudio, empezó a coger cuerpo". La idea le surgió durante la cuarentena, aunque llevaba ya tiempo con el objetivo de seguir avanzando en su carrera musical. Su anterior trabajo le ha servido también para que más personas le conozcan, y aunque sabe que son tiempos duros para la cultura, tiene esperanza en que el panorama mejore y se pueda retomar la actividad musical como antes de la aparición del virus. "Lo cierto es que ha sido un año muy complicado para todos, sobre todo en el mundo de la cultura, donde creo que nos han dejado tirados", comenta, en referencia a la falta de oportunidades que ha habido para hacer algún concierto bajo las condiciones sanitarias necesarias.

Rock-folk

En cuanto al disco, bajo el título Musu bat, "se mueve en un estilo rock-folk. Se compone de nueve canciones con letras de todo tipo, pero sobre todo hay algo de desamor, crítica y temas sociales". Todos los instrumentos que se recogen en el álbum "están incluidos por mí, utilizando algo de software musical para efectuar estilos de percusión y sintetizadores". Pero en este segundo trabajo de Etxebarria, "realmente la voz adquiere una gran importancia". En la canción Musu bat Con esto he querido mostrar de dónde vengo y sobre todo, que no olvido mis raíces".

Etxebarria lleva la música en la sangre. Es algo "que me acompaña desde pequeño. Mi familia, de tradición sobre todo en el ámbito del folklore euskaldun, trikitixa y pandero, es la que me introdujo en este mundo", explica. Y es que con tan solo tres años, "empecé con un pequeño acordeón de teclas", y aunque recuerda que "solo metía ruido", le sirvió para darse cuenta de que la música le hace feliz. De manera autodidacta, este basauritarra ha logrado tocar la trikitixa, pandero, guitarra o el bajo, ya que mete las horas que hagan falta para aprender. Lo mismo ha hecho para la grabación y la mezcla en el estudio, donde no ha dejado de aprender hasta poder autoproducir sus dos trabajos musicales.

Para dar a conocer sus canciones, asegura que "hoy en día las redes sociales son un punto a favor", un canal de comunicación con el gran público. Pero espera también poder ofrecer conciertos cuando la situación sanitaria mejore. Por el momento, disfruta de un trabajo en el que ha puesto todo de su parte, ilusión, esfuerzo y talento.

"He quedado muy contento y satisfecho con este segundo trabajo, que lo hago íntegramente en euskera"

"He querido mostrar de dónde vengo y sobre todo, que no olvido mis raíces"

Músico basauritarra