Son muchas las personas que luchan cada día para mantener a flote sus negocios, en los que invierten dinero y todo el tiempo del mundo. Comercios, restaurantes, bares..., espacios que dan vida a los pueblos y ciudades y quienes los regentan se dejan la piel en ellos. A veces toca reinventarse y salvar los escollos a base de coraje y corazón, y de eso saben mucho Josu Amundarain y Verónica López, propietarios del Bar-Restaurante Izarra Berria.

El coronavirus ha supuesto uno de esos momentos en los que se han visto obligados a ponerle aún más ganas, si cabe, debido a las dificultades que les está ocasionando la crisis derivada de la pandemia. Pero rendirse no está en su agenda. Para intentar darle la vuelta a la situación y además volver a activarse, decidieron trabajar a puerta cerrada, creando un nuevo concepto de su negocio bajo el nombre de Izarra Berria Grill y de este modo “crear una carta con algunos de los platos que más han gustado durante estos años en los que hemos estado en la hostelería”.

De esta manera, “tenemos una carta con diferentes productos que van desde hamburguesa hasta croquetas cremosas, pasando por una focaccia. “Cogemos el pedido y lo acercamos al domicilio en Basauri o pueden pasar a recogerlo si quieren en una zona exterior que tiene el local siguiendo una serie de normas que hemos puesto en la puerta para cumplir con todas las garantías de higiene”.

También siguen haciendo rabas, una de las señas de la casa, porque como dicen ellos mismos, “un domingo sin rabas, no es domingo”. La idea les vino un día “durante el confinamiento”, a sabiendas de que “sin poder abrir el local pero teniendo que pagar facturas era difícil seguir adelante sin que entre un solo euro”. Entonces dieron el primer paso: crear una carta con sus platos más reconocidos y una web: www.izarraberriagrill.com. “En el negocio anterior ya trabajamos este tipo de ventas a domicilio, pero en Izarra Berria no lo habíamos hecho hasta ahora”, cuentan.

A todo el trabajo se suma el cuidado de sus dos hijos, por lo que no paran en todo el día. Tirar la toalla no va con Vero y Josu, y ya hace tres años tuvieron que hacer frente a uno de esos baches inesperados. Y es que pocos días antes de abrir el Izarra Berria, hace ahora tres años, y tras varias semanas de duro trabajo para la apertura, se inundó el local. El “bajón anímico fue grande, pero nos pusimos a trabajar para poder abrir cuanto antes. Fueron unos días muy duros”, recuerdan.

En esos días les ayudó mucho “el cariño de la gente de Basauri”. También ahora es algo que les está dando alas en cierto sentido, puesto que, “independientemente de tener más o menos pedidos, el apoyo de la gente de Basauri nos está ayudando mucho”. Se trata de una medida para plantar cara al día a día que viven como propietarios de un bar, pero son optimistas y “queremos recuperar nuestra actividad y estar al 100% para volver a generar empleo como hasta ahora. Porque el pequeño comercio es generador de empleo”. También cuentan parte de sus experiencias a través de un blog, que “creemos que sirve para estar más cerca de la clientela y que sepan que detrás de estos proyectos hay muchos sentimientos, momentos buenos y malos. Nos sirve para agradecer a nuestros clientes el apoyo”.

Por el momento no descartan seguir haciéndolo una vez acabe esta situación, en la que son muchos los mensajes de clientes, amistades y personas del pueblo que “nos escriben para animarnos a seguir adelante. Siempre hemos pensado que el comercio local llena las calles de un pueblo de vida, todas las personas que tenemos un pequeño negocio tenemos una especie de gen dentro que nos hace luchar para no bajar la persiana y la gente es consciente de esto y siempre te muestra su apoyo, algo de lo que estamos muy agradecidos”.

Además, si a esto se le suma que “están disfrutando de la comida en su casa y nos dicen que está muy rica, es otro punto en el que apoyarnos”. A la espera de la vuelta de la “normalidad”, ambos siguen luchando y, una vez más, poniendo al mal tiempo, buena cara.