Etxebarri - José Alberto Vicente es el párroco de la parroquia de San Antonio en Etxebarri y uno de los impulsores la Fundación Harribide. Comprometido con los más necesitados, lleva desde los 14 años en tareas de voluntariado.

¿Como definiría usted el voluntariado o la labor social?

-Es tener una apuesta decidida por las personas que te rodean. Tratar de comprender, ayudar, disfrutar con ellas. Es simplemente querer dedicar parte de tu tiempo a la sociedad, a las personas.

Harribide tiene pisos de acogida. ¿Cuándo fue su primera experiencia en esta labor solidaria?

-Fue en mi casa. Acogiendo a una persona presa cuando salía de permiso. Yo tenía una casa en la que vivía solo y decidí aportar ese recurso.

¿Qué es lo más duro de su labor?

-Para mí lo más difícil es ver necesidades, ver las soluciones y no poderlas llevar adelante bien sea por leyes, por falta de medios o por cualquier otra causa. Aunque ayudar es mucho más sencillo de lo que parece.

¿Cuál diría que es su motivación principal?

-Para mí es vivir con la gente. La gente que es más desfavorecida tiene más problemas. Mi vocación cristiana también la desarrollo así, para mí significa eso del amor fraterno y del querer, pero desarrollado en causas concretas.

Entonces, ¿en su caso ser cristiano ha sido clave?

-Creo que la fe hace que yo sea de una determinada manera y eso se manifiesta en atender y estar con gente que lo pasa mal, pero no por ser creyente he sido más solidario. En este caso, mi fe la he llevado por ese camino.

Puede que hagan falta más curas como usted...

-Simplemente creo que la Iglesia está muy centrada en lo litúrgico y poco centrada en celebrar la vida con la gente que tiene a su alrededor.

¿Es Euskadi solidaria?

-Yo diría que sí. Es una sociedad muy participativa. Pero creo que mucha gente tiene miedo o no sabe cómo enfocar su generosidad. Lo que más suele sorprender es la disposición de la gente joven a la hora de ayudar.¿Ha afectado la crisis a la labor social?

-Sin duda. Pero también ha propiciado que gente que antes no se daba cuenta de los problemas, ahora sea más generosa. También ha llevado a lo contrario, a gente que culpa a ciertos sectores de la sociedad por la situación.

¿Qué opina sobre el drama de los refugiados?

-Se les está tratando como a ganado, así de claro. Además se están pisoteando valores que en teoría, promueve la Unión Europea.

¿Qué es lo que más le llena de toda su labor social?

-Una sonrisa ya es suficiente. Ver un progreso de integración es la meta con muchos jóvenes. Pero sobre todo vivir, compartir, disfrutar, ayudar y comprender a las personas, reír y llorar con ellas.