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Nuevos modos de vivir la Navidad en familiaGermán CortázarPsicólogo clínico

“No se pueden cargar ni con las penas ni con la responsabilidad emocional de todo el mundo”

Tres palabras ocupan un lugar preferente en su despacho (“Conócete, acéptate, supérate”) y en su discurso al hablar de un fenómeno que está a la orden del día

“No se pueden cargar ni con las penas ni con la responsabilidad emocional de todo el mundo”Oskar González

Buscar el equilibrio emocional en las familias donde por lo menos uno de los dos miembros de la pareja tiene hijos de relaciones anteriores es complejo y como tal, requiere de tiempo para abordar desde todos los niveles de esta unidad familiar ensamblada la mejor forma de encajar las piezas sin que nadie resulte dañado. Así lo entiende y explica Germán Cortázar, especialista en Psicología Clínica, cuando analiza los ingredientes de esta receta: asertividad, respeto, tolerancia… “Y enseñar a nuestros hijos que los demás son diferentes pero no son peores”, remata.

He tenido que buscar el significado de ‘familia ensamblada’...

Clínicamente no existe esa referencia, pero sí que es verdad que es un fenómeno social y está muy bien ponerle nombre a las cosas para referirse a esas familias donde por lo menos uno de los dos miembros de la pareja tiene hijos de relaciones anteriores.

Dos núcleos que conviven. 

Sí, pero que antes eran diferentes.

Por eso es importante transmitir que no hay una única forma de vivir la Navidad.

Cuando te juntas con otra casa que tiene otras tradiciones y otras costumbres puede que eso choque.

Y eso no es plato de buen gusto.

Imagina que a tu casa viene Olentzero y te juntas con una persona que tiene un hijo de Madrid y allí viene Papá Noel. ¿Cómo encajamos eso? Por eso es importante abordarlo.

¿Y cómo se puede hacer?

Una de las claves es que hay que tratarlo antes de que lleguen fechas como estas… No vale que ahora nos estemos echando los manos a la cabeza. ¿Qué hemos hecho todo el año? Primero, culturalmente hay que construir todo eso, pero no la semana antes de Nochebuena…

“La logística emocional son esfuerzos invisibles para gestionar y amortiguar las emociones de otros”

Trabajarlo y no solo los adultos…

Claro. Los adultos con los niños, en caso de que haya. Y también dependerá mucho de la edad de los chavales. Y construir hacia arriba y hacia abajo. Los niños se tienen que acostumbrar entre ellos y hacia los adultos, y al revés. A veces parece que solo miramos que son los niños quienes se tienen que hacer a los mayores...

¿Eso es lo que ustedes llaman las ‘logísticas emocionales’?

No, eso es encargarse de gestionar lo de los demás. Es como hacerse responsable de las emociones de todo el mundo. Cosa que históricamente les ha tocado a las mujeres.

Y sigue siendo…

La logística emocional son esfuerzos invisibles y constantes que hace una persona para gestionar, anticipar y amortiguar las emociones de otros.

Amortiguar para que haya paz…

Claro. Pero eso supone más estrés y esa persona se va a quemar porque está gestionando lo suyo y encima tiene que estar pendiente de otros. Que ese no se disguste, que ese no discuta, que ese no beba mucho, que ese se lleve bien con aquel….

¿Y cómo puede la persona que se encarga de esas logísticas calmar los ánimos?

Las mujeres tienen que aprender a soltar y a no cargarse con todo. No se pueden cargar con las penas de todo el mundo ni con la responsabilidad emocional de todo el mundo.

¿Y generar nuevas tradiciones o simplemente encajarlas?

Encajarlas. Crear nuevas tradiciones podría ser visto como una imposición. ¿Quién gana, Olentzero o Papá Noel?

Digo negociando…

Y buscar un término medio. Porque eso de contentar a la otra parte y decir, bueno, como es de Papá Noel, voy a aceptar Papá Noel…. 

Vamos, que son muchas miguitas que hay que ir poniendo antes.

Fundamental.

Y para un asunto así, la Navidad igual es más importante que las vacaciones de verano…

Igual es más importante porque hay algo cultural y mucha emoción y todo se magnifica….

¿Y cómo proteger emocionalmente a los más pequeños?

Esto es difícil de explicar, pero los niños no tienen emociones propias. Tienen las que nosotros tengamos y van a actuar y a reaccionar igual que nosotros. O sea, si nosotros estamos bien y nos estamos divirtiendo, pues ellos todo maravilla.

“Lo ideal es encajar tradiciones. Crearlas podría ser visto como imposición. ¿Olentzero o Papá Noel?”

La clave está en los adultos.

Si ven que estamos tranquilos y que estamos cantando y divirtiéndonos, pues ellos dirán qué buen rato estamos pasando.

Los hijos son como el pegamento…

Eso me rechina un poco. Te pongo un ejemplo. Hay un modelo de hijo que se llama hijo llave, que son los que tienen las parejas cuando les va súper mal y dicen, vamos a tener un hijo a ver si lo arreglamos y que sea el pegamento de la pareja. Y no es la solución.

Entonces no.

Tenemos que estar bien porque los adultos somos nosotros y tenemos que ser empáticos, maduros y adultos para saber tener una fiesta en paz.

¿Un mensaje para esas familias ensambladas que afrontan su primera Navidad?

Que por favor creen el buen vínculo antes de la Navidad. Un vínculo positivo, maduro…