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El funicular de Larreineta cumple un siglo con un lavado de cara y nuevas cámaras

Se reacondicionará toda la estructura de sus dos cabinas para mejorar el aislamiento térmico y reparar la parte inferior, ahora dañada

El funicular de Larreineta cumple un siglo con un lavado de cara y nuevas cámarasGaizka Portillo

El próximo año, el funicular de Larreineta, que sube desde Trapagaran hasta el barrio de La Arboleda, cumplirá cien años. Un aniversario para el que se prepara con un importante lavado de cara en sus coches, cuya estructura se reacondicionará para reparar la parte inferior y mejorar el aislamiento térmico, y la instalación de cámaras que permitirán a los conductores tener una visión más amplia del recorrido.

El funicular se construyó en 1926, para facilitar la conexión con el poblado minero de La Arboleda, a más de 400 metros sobre el nivel del mar, que en aquella época bullía de actividad con sus galerías a cielo abierto, inicialmente para transportar mercancías y abriéndose posteriormente también a las personas. Y es que, hasta su puesta en servicio, el acceso solo era posible por la sinuosa carretera que recorre la ladera de la montaña, un trayecto que se tardaba hora y media en recorrer. Los vagones –únicamente dos, uno de subida y otro de bajada– lo hacen en apenas diez minutos.

Cabinas del funicular de Larreineta

Antiguas cabinas

Las antiguas cabinas, con un peso de casi tres toneladas, construidas en madera y con un balcón abierto, estuvieron operativas desde su puesta en servicio hasta 1985, año en el que fueron sustituidas por otras más modernas, diseñadas y fabricadas por la empresa Irizar. Desde entonces no se ha llevado a cabo ninguna rehabilitación estructural de entidad, más allá de reparaciones puntuales y localizadas, encaminadas a mantenerlas en servicio en buenas condiciones.

En 2022 se llevaron a cabo trabajos de saneado y vinilado exterior, con la imagen de los coches originales ya fuera de servicio, de cara precisamente a la conmemoración del centenario el próximo año. Durante dichos trabajos las cabinas se tuvieron que sacar de las plataformas y se detectaron desperfectos estructurales importantes. Se localizan, principalmente, en la estructura inferior sobre la que se monta el suelo para los pasajeros, que ha llegado incluso a pandearse y genera problemas en la apertura y cierre de las puertas, y en los costados de los coches. Estos desperfectos están provocados por la oxidación que ha provocado el agua durante el paso de los años y requieren de una intervención específica para su reparación. Además, la estructura inferior está al descubierto, totalmente expuesta, y la configuración de las ventanas, al ir montadas mediante un sistema antiguo sobre marcos de goma, no son tan efectivas para garantizar la estanqueidad como el sistema que se utiliza actualmente en ferrocarriles y autobuses.

Al detalle

Velocidad. Las cabinas viajan a una velocidad de dos metros por segundo, lo que permite recorrer en apenas diez minutos los 1.180 metros del trazado entre ambas estaciones. Alcanza pendientes de entre el 24,3 y el 35,9%.

Más de un millón de viajeros. El funicular llegó a ser utilizado por más de un millón de personas al año. La reducción de la población en La Reineta y La Arboleda por el cierre de las minas, y la mejora de las conexiones por carretera han provocado que esa cifra se sitúe actualmente en unos 300.000 viajeros, principalmente vecinos de los barrios altos y turistas.

Por gravedad o motor. Un antecesor de los funiculares fueron los planos inclinados, que ya se utilizaban en las cuencas mineras de Bizkaia: las vagonetas cargadas bajaban por gravedad, arrastrando las vacías hacia arriba al estar unidas por un cable. Si la pendiente era excesiva, se colocaba un motor en la parte superior de la instalación.

Por ello, se van a sustituir los perfiles de estructura originales podridos por el óxido, montando una perfilería nueva completa en el suelo, las paredes y el techo, así como forrar de chapa nueva los laterales y el techo. Dentro del habitáculo, además, se va a montar un suelo nuevo, con base de aluminio y pavimento de PVC. Dado que no es posible montar equipos de climatización en los coches, se va a intentar mejorar, en la medida de lo posible, el aislamiento término del habitáculo. Por ejemplo, incorporando planchas de material aislante térmico entre las chapas exteriores de la carrocería y los revestimientos interiores, de forma que se mantenga durante el mayor tiempo posible, durante los viajes, la temperatura interior que se alcanza con los equipos de climatización de las estaciones.

Lunas y ventanas

Otra de las zonas en las que se va a actuar son las lunas y ventanas laterales, que se reformarán para que vayan montadas de forma pegada, y no con el sistema de juntas de goma actual, tal y como se colocan actualmente en los ferrocarriles y los autobuses, de forma que se garantice que el agua no se filtra por el interior de los laterales.

También se revisará la pintura tanto del interior como del exterior de cada una de las dos cabinas. Por dentro, se pintarán los paneles laterales, los que separan las cabinas de conducción y los del techo. En el exterior, se dará una base de pintura acrílica, ya que posteriormente se colocarán vinilos.

Sin afectar al servicio

Para acometer estos trabajos, será necesario trasladar las cabinas a los talleres donde se llevarán a cabo. Para no interrumpir el servicio, primero se actuará sobre una, dejando la segunda funcionando, y una vez finalizados las actuaciones, se montará de nuevo en la instalación para que entre en funcionamiento y se desmontará el otro coche. Los trabajos se acometerán ya el próximo año, con una duración de cinco meses.

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Además de este reacondicionamiento estructural, se va a aprovechar para mejorar la seguridad de las operaciones, dotando a los coches de un sistema de cámaras. Y es que el de Larreineta posee una peculiaridad: el recorrido ascendente traza una curva a la derecha, algo que no es muy común a otros funiculares en Europa, que suelen ser rectos. Con estas dos cámaras que se colocarán en cada frontal –cuatro en total por cada vagón– y un monitor en cada cabina, el maquinista tendrá una visión de los tramos inmediatamente precedentes de los que en la actualidad no tiene una visión directa. El sistema permitirá además la operación remota en ciertas condiciones y realizar tareas de mantenimiento con mayor seguridad, además de poder grabar hasta siete días de actividad.