Desde primera hora de la mañana, la Plaza del Mercado muestra hoy un ambiente distinto: puestos que se levantan casi al unísono, cajas que se descargan y el rumor creciente de una feria que vuelve a tomar fuerza en Gernika-Lumo. La feria de este mes gira en torno al Caracol, un producto profundamente arraigado en la tradición vasca y que marca el hilo conductor de la jornada.

A partir de las nueve, baserritarras de la comarca ofrecen frutas, verduras, miel, quesos o patés, mientras artesanos de la zona presentan trabajos en cestería, cerámica y madera que mantienen vivo un oficio transmitido durante generaciones. La degustación de caracoles será uno de los momentos más esperados, reforzando el carácter gastronómico de una cita que pone en valor el territorio y sus sabores.

Ambiente familiar

La feria incorpora también talleres, juegos infantiles y un castillo hinchable, elementos que consolidan el evento como un plan familiar. Este ciclo especial, que se celebra el primer sábado de cada mes entre junio y diciembre, dedica cada edición a un producto diferente.

Más que un mercado, la jornada se entiende como un espacio de encuentro. La plaza recupera su papel de ágora local, donde productores, visitantes y vecinos comparten conversación, tradición y gastronomía en un ambiente que recuerda la esencia misma de la villa foral.