La localidad de Busturia ha dado un paso más en su compromiso con la memoria histórica. La Euskal Etxea de Madrid acoge ya la exposición ‘Hradištko. Cuando los dientes de león no florecían’, impulsada por el Ayuntamiento en colaboración con el Instituto Gogora y la Secretaría General de Acción Exterior y Euskadi Global. La muestra es fruto de un trabajo de investigación iniciado en 2015 y su inauguración, el pasado jueves, reunió a representantes institucionales, familiares de víctimas y miembros de la Comisión de Memoria Histórica.
La exposición recoge imágenes y testimonios sobre el campo de trabajo y exterminio de Hradištko, en la actual República Checa, donde fueron encarcelados y asesinados cientos de deportados europeos, entre ellos el busturitarra Anjel Lekuona. Su figura, recuperada tras años de investigación, ha unido a ambos municipios y ha dado pie a un pacto de hermanamiento.
Memoria histórica e identidad
En el acto, el alcalde Aitor Aretxaga subrayó que la memoria “forma parte de la identidad de las personas y de los pueblos” y defendió el valor de iniciativas como Busturia Gogoan para construir un futuro basado en la verdad y la solidaridad. La directora para la Comunidad Vasca en el Exterior, Ziortza Olano, subrayó el carácter colectivo del proyecto, que definió como “auzolan”, y recordó que Euskadi Global trabaja para “recuperar la memoria, crear presente y construir futuro”. Desde Gogora, recordaron que acciones así ayudan a iluminar “los episodios más oscuros de un continente marcado por el odio, el sectarismo, la xenofobia y la sinrazón”.
La muestra incluye réplicas del tótem de Altamira y de la Stolperstein colocada en 2022, la primera instalada en Euskadi en memoria de un deportado. También se detalla el itinerario de Lekuona y de otros seis prisioneros cuyas cenizas reposan en el crematorio civil de Strašnice, en Praga.
La exposición permanecerá abierta hasta el 28 de noviembre, con entrada libre.