Cuatro playas de Bizkaia se limpiarán a mano para preservar su biodiversidad
Durante el invierno en La Arena, Laga, Laida y Astondo no se retirarán los residuos orgánicos, como algas y ramas, para incrementar su resistencia a la erosión
Terminado el verano, finaliza también con él la temporada alta de playas. Los socorristas recogen sus puestos y las duchas dejan de estar habilitadas para quitarse el molesto salitre al salir del agua. Temporada alta, sí, porque aunque la asistencia no es tan numerosa, sigue habiendo muchas personas que, incluso en invierno -y más cuando, como ha sido el caso, el buen tiempo prolonga su estancia en el territorio-, acuden a las playas para dar un paseo, jugar en la arena con los más pequeños, disfrutar con sus perros o, simplemente, pasear por algunas de estas joyas de la costa.
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Por ello, también fuera de verano la Diputación Foral de Bizkaia mantiene un operativo de limpieza en las playas, garantizando que estén en buen estado para todas esas personas. Sin embargo, son espacios naturales y, para preservar su biodiversidad, esa limpieza se realizará a mano, sin utilizar medios mecánicos, en cuatro de los arenales de Bizkaia: La Arena, en la zona de Barbadun, en Muskiz; Laga; Laida y Astondo, en Gorliz. En ellas, solo se retirarán además residuos inorgánicos, como plásticos o textiles, dejando sin recoger ramas y algas para incrementar así su resistencia a la erosión del viento y las mareas.
El departamento foral de Medio Natural y Agricultura acaba de sacar a licitación el nuevo contrato de limpieza para las playas del territorio, que se prolongará durante 2026, 2027 y 2028 -prorrogable dos años más-, ya que la adjudicataria anterior no ha querido ampliar los trabajos. La inversión ascenderá a 9,1 millones de euros, algo más de tres cada ejercicio. La sostenibilidad de estos espacios es uno de los ejes que guía los nuevos pliegos; por ello, una de las principales novedades será la limpieza que, en invierno, se realizará de forma manual en cuatro playas del territorio.
“Las mareas arrastran basura a los arenales pero también residuos orgánico, como algas, troncos o ramas, que hacen que se genere una riqueza y una biodiversidad que queremos mantener”, explica Arantza Atutxa, diputada responsable del departamento. Con la excepción de los restos que puedan suponer un riesgo para la salud, como los animales muertos, que sí se eliminarán.
En lugar de máquinas que arrastran todo lo que personas o mareas dejan en la arena, el proceso se realizará de forma manual, a través de operarios que peinarán la zona. “Cuidar el medio ambiente no solo significa retirar residuos sino también comprender y respetar los procesos naturales que enriquecen nuestros ecosistemas”, apunta la diputada foral. Y es que esos residuos naturales que llegan con las mareas, conocidos como arribazones, “ayudan a proteger el ecosistema y reducir la erosión”. El objetivo último no es otro que preservar la riqueza de estos espacios que, no hay que olvidar, son una valor natural a proteger.
Serán cuatro las playas en las que se aplicará este método, todas ellas ubicadas dentro de espacios naturales protegidos: La Arena -la zona de Barbadun-, Laga, Laida y Astondo. Y solo fuera de los cuatro meses de la temporada oficial de playas, ya que durante estos se utilizarán de nuevo máquinas “para ser más efectivos y rápidos, porque la playa empieza a ocuparse desde primera hora de la mañana”.
Carteles informativos
La decisión se ha adoptado después de una prueba piloto que se llevó a cabo en estas mismas playas el invierno pasado, acompañado de unos carteles en los que se explicaba “qué son los arribazones y su importancia ecológica, junto a recomendaciones para un uso respetuoso de la playa también durante los meses de invierno. A veces la gente, si ve un tronco, piensa que la playa no se ha limpiado”.
Tras el buen resultado de estos ensayos, ahora se ha tomado la decisión de mantener la medida al menos los próximos cinco años que durará el nuevo contrato. Comparando los residuos retirados el pasado invierno en estas cuatro playas con los recogidos en inviernos anteriores, la prueba piloto permitió mantener aproximadamente 56 toneladas de material orgánico en estos espacios naturales, lo que supone una reducción de eliminación de materia orgánica de un 80% en Laida, Laga y La Arena, y un 40% en Gorliz. Esta mejora, subraya Atutxa “contribuye al desarrollo de los ecosistemas de la arena y constituye un elemento de defensa contra los efectos del cambio climático”.
Y es que, al margen de la temporada en sí de playas, la limpieza de los arenales se mantiene también durante el invierno de forma diaria -de lunes a viernes- prácticamente en todos los espacios, a excepción de algunos como la de Muriola, en Barrika, donde se realiza de forma semanal; Armintza, en Lemoiz, con la misma frecuencia; Aritzatzu, en Bermeo; Laidatxu, en Mundaka; Toña o San Antonio, en Sukarrieta; Ea; Ogella, en Ispaster, o Arrigorri, en Ondarroa, donde se lleva a cabo tres veces a la semana. Asimismo, también se vacían las papeleras y se atiende el área que rodea los arenales, como los accesos y los parkings, así como las alcantarillas y sumideros, las superficies pavimentadas, los aseos públicos y los propios bidones para residuos.
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