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La mirada de Mauro Saravia de las exhumaciones de fosas comunes

El periodista y fotógrafo chileno lleva al Museo de Orduña su exposición 'Lupi Belarra', una colección de 22 imágenes en blanco y negro junto a una proyección y objetos de las víctimas

La mirada de Mauro Saravia de las exhumaciones de fosas comunesEnara Saravia

Verdad, justicia y reparación. Son los principios fundamentales que guían los pasos de las asociaciones memorialistas que trabajan para dignificar a las víctimas silenciadas de la contienda civil y de la dictadura franquista. Luchan contra las consecuencias, que para el bando perdedor y su entorno, ha tenido desde entonces la aplicación del concepto damnatio memoriae, locución latina que significa ‘condena al olvido’. Hace referencia a una práctica de la antigua Roma y era decretada por el Senado para eliminar todo aquello que pudiera recordar a un condenado u opositor: imágenes, monumentos, inscripciones e, incluso, se podía llegar a prohibir el uso de su nombre. 

Con mucha humildad, respeto, sensibilidad y profesionalidad, protegiéndose detrás de su inseparable cámara del dolor, la rabia o la impotencia. Así lleva más de una década el periodista y fotógrafo chilenoMauro Saraviasacando a la luz y recuperando, en forma de imágenes, esa parte de la historia que, durante más de ochenta años, ha sido de manera intencionada ocultada, borrada y, literalmente, enterrada en fosas comunes. Afincado desde 2014 en Bilbao, es considerado el fotoperiodista profesional que más ha registrado visualmente procesos de exhumaciones en todo el Estado.

"Me cobijo detrás de la cámara para realizar este tipo de fotografías. La pena y el llanto llegan en la soledad y en la intimidad"

Mauro Saravia . Fotógrafo y periodista chileno

En esos delicados escenarios y momentos “de tristeza o alegría, me cobijo detrás de la cámara para captar este tipo de instantáneas y que la situación y el entorno no me afecten”, reconoce. La emoción contenida sale, siempre, después. “El llanto y la pena me invaden en la soledad y la intimidad”. Y lo que tiene claro es que su destacada labor y aportación a la recuperación de la Memoria Histórica no sería posible “sin la generosidad y el cariño de las familias” de víctimas y desaparecidos “por compartir conmigo esos momentos”. Porque, hasta el momento, “ninguna me ha dicho que no”. La mayor parte de ellas “quieren cerrar una herida y quieren que se muestre, que se haga público, y ayudar así a que otras familias den el paso de buscar y recuperar a allegados”.

Difusión de sus trabajos 

Mario Saravia emplea dos vías para difundir esos trabajos fotográficos. Por una parte, está la vertiente más institucional y oficial gracias a su implicación con entidades de gran prestigio como Euskal Prospekzio Taldea a la que pertenece “y busca y localiza las fosas”, la Sociedad de Ciencias Aranzadi “que realiza las exhumaciones” y Gogora (Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos) que, a través de Gobierno vasco, gestiona “la identificación y entrega de los restos óseos localizados a sus familiares”. 

Mauro Saravia colabora estrechamente con Aranzadi y el Instituto Gogora

Además de esas instantáneas protocolarias, Saravia también aprovecha su presencia en esos procesos para sacar imágenes “con una autoría e impronta más personal, con otros enfoques, encuadres o tonalidades”. El resultado de más de una década de colaboraciones y de encargos es un ingente archivo de instantáneas que ayudan “a contar un relato y a cerrar heridas”. 

Cementerio de Orduña 

Uno de los escenarios que ha pisado e inmortalizado en imágenes es el camposanto de Orduña. El colegio de los Padres Jesuitas de la ciudad se transformó, entre 1937 y 1941, en un campo de concentración de prisioneros de guerra que posteriormente se reconvirtió en una prisión central. Según la documentación analizada, en estas dependencias fallecieron, al menos, 225 personas. Más de la mitad (127) eran de origen extremeño, 41 castellano-manchegos, 22 trasladados desde la prisión de Málaga, 7 de Tarragona y los 28 restantes eran naturales de otras provincias del Estado. Gracias a las tres campañas de búsqueda y exhumación de cuerpos llevadas a cabo por Aranzadi se ha logrado recuperar los restos de 93 personas e identificar y entregar a sus familiares 17 de estas víctimas.

A pesar de que Mauro Saravia no es amigo de presentarse a concursos de fotografía, en 2023 decidió participar en tres certámenes con imágenes de las exhumaciones llevadas a cabo en Orduña un año antes. Y el resultado fue sorprendente al resultar galardonado en el 44º Salón de Fotoperiodismo de Chile y en el Festival Internacional de Fotografía Scan de Tarragona. Es en este último escenario donde tiene la oportunidad de conocer a Koldo Badillo, Director del Museo de Orduña, y donde se fragua el contacto entre ambas partes para mostrar el trabajo documental del fotógrafo chileno en la ciudad.

Parte de sus fotografías reflejan los procesos de exhumación en el cementerio de Orduña

Exposición Lupi Belarra

Ese proyecto y esa colaboración es ya una realidad. El viernes quedó inaugurada en el Museo de Orduña la exposición 'Lupi Belarra', una colección de 22 impactantes imágenes en blanco y negro que describen los trabajos de exhumaciones llevadas a cabo en la CAV y Navarra por Aranzadi y Euskal Prospezio Taldea en lugares como el Monte Altún (Zeanuri) o en Amorebieta-Etxano. Y un panel de 8 instantáneas está específicamente centrado en las labores llevadas a cabo en el camposanto de la ciudad. 

"Estoy muy agradecido por la generosidad y el cariño de las familias de víctimas y desaparecidos. ninguna me ha dicho que no"

Mauro Saravia . Fotógrafo y periodista chileno

La muestra se complementa con objetos personales de las personas localizadas en esas fosas comunes exhumadas que han sido prestados por Aranzadi para la iniciativa. Todo ello acompañado de una proyección que detalla los procesos de localización y apertura de las fosas comunes, la retirada de los restos y su posterior estudio y entrega a familiares. Se podrá visitar hasta el 31 de agosto en la sala de exposiciones temporales Fede Ruiz de este equipamiento cultural. 

Las fotografías de Saravia —a medio camino entre el documentalismo y la fotografía de autor—, así como la recuperación y la exposición de objetos pertenecientes a las víctimas, permiten por un lado, la reconstrucción de los hechos del pasado a partir de la mirada del presente y por otro, dar testimonio de una herida que continúa abierta en la actualidad. El proyecto evidencia así el poder de la fotografía como constructora de imaginarios colectivos y también de la propia historia. Y es que, se calcula que, durante la Guerra Civil y sus secuelas, más de 21.000 personas fallecieron en Euskadi como resultado de aquellos acontecimientos. El Gobierno Vasco, desde hace 23 años, y el Ayuntamiento Orduña desde hace 14 años, han apoyado la búsqueda e identificación de personas desaparecidas, financiando un proceso del que el fotógrafo chileno está siendo testigo para, después, difundir a través de exposiciones como la que alberga el Museo de Orduña.

La muestra 'Lupi Belarra' se compone de 22 imágenes en blanco y negro

Su título, Lupi Belarra, en referencia a la Guda Lorea (flor de la batalla) “que florece en nuestros montes y campos entre el invierno y la primavera y la encontramos cada vez que visitamos los antiguos campos de batalla de 1936 y 1937”, precisa la información documental sobre la muestra. Por eso, y a iniciativa del director del Museo Memorial Cinturón de Hierro, se ha adoptado su nombre y su imagen como “símbolo para recordar a las víctimas que murieron defendiendo la democracia en territorio vasco”. Mauro considera que “es un concepto muy entrañable” y pidió permiso a su promotor y amigo, Aitor Miñambres, para su utilización. “Me lo dio encantado y estoy muy agradecido”.

Las 22 instantáneas que se pueden ver ya en Orduña son solo una pincelada del trabajo de Mauro Saravia. Su proyecto más ambicioso es el foto-libro, patrocinado por el Instituto Gogora, que espera vea la luz después del verano. Su publicación va a ser “un sueño hecho realidad y me encuentro muy ilusionado”.