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Oskar Fernández y Manu Gómez reciben la ovación de Getxo en su final en el cine-club

Ambos llevan desde 1982 al frente de esta actividad cultural de forma voluntaria

Oskar Fernández y Manu Gómez reciben la ovación de Getxo en su final en el cine-clubG. UDALA

“Este es el comienzo de una gran amistad”. Salieron estas palabras, no podían ser otras, de la emocionada voz de Manu Gómez. Ahora es otro rollo. Oskar Fernández y él dicen adiós a su papel como directores del cine-club de Getxo, tras un camino de “baldosas amarillas” –como también ilustró Manu– que ha recorrido más de ¡40 años! Cada paso, entre ovaciones y críticas positivas. Por eso, recibieron el pasado viernes un homenaje del Aula de Cultura de Getxo en la escuela de música Andrés Isasi, de Las Arenas, ante cerca de 300 personas, seguidores, fieles, agradecidos, amigos, que se pusieron varias veces en pie y aplaudieron para hacer sonoro el cariño a estos dos hombres con un destino, que, seguramente, seguirá vinculado a esta actividad.

La despedida de Manu y Oskar fue en la sesión que puso el cierre a la temporada 24-25 del cine-club, donde se proyectó el largometraje The Last Picture Movie Show (La última película), de Peter Bogdanovich. Un real desenlace. “Hemos sido absolutamente felices”, se sinceró Oskar en una noche imborrable para ellos, como lo serán todas estas décadas, desde 1982, por amor al arte, desde aquella primera escena del cine-club con Fresas salvajes, de Ingmar Bergman. Cerca de 2.000 proyecciones, coloquios, debates, pasiones, aprendizajes, amistades –con muchos comienzos–. “Nos han llevado a amar el cine y a hacer cosas que sin ellos no habríamos hecho. Es un enriquecimiento. En cada película, creces. Ellos dos son un gran equipo, un cine-club de manual. Aquí abrimos la mente desde la asertividad y empatía”, comentó, con el corazón en la mano, Pantxike, una de las asistentes a estas sesiones.

Manu y Oskar, a sus 70 años, dejan sus funciones organizativas en lo que es un giro de guion, pues es Getxo Kultura quien lo decide y les plantea “hace ya varios años la búsqueda de un relevo generacional natural para asegurar una transición lógica en esta labor”, tal y como indican desde el órgano municipal. Esta es la explicación. Sin cortes: “Esto se debe a que, por un lado, habían pasado casi cuatro décadas desde el inicio de su colaboración con Getxo Kultura y, tratándose de un periodo tan largo, siempre es deseable buscar nuevos enfoques de dinamización y garantizar la mejor continuidad de la actividad; y, por otro lado, debido al acercamiento de los colaboradores a una edad avanzada en la que pudieran darse situaciones que impidan el correcto desarrollo de la actividad. De forma paralela, la aseguradora de Getxo Kultura nos transmitió las dificultades para realizar pólizas a voluntarios jubilados más allá de los 70 años de edad”. Así que el acto de despedida, con rosas y espinas, tuvo, en efecto, dispares ingredientes. De hecho, uno de los vecinos leyó un escrito, firmado por 130 usuarios. “Nos sentimos vivamente agradecidos”, comenzó el texto. “Pedimos que se pongan los medios necesarios para que el cine-club siga contando con la colaboración de Manu y Oskar, una tarea que han desarrollado hasta ahora con plena satisfacción”, prosiguió el documento.

Los dos protagonistas se llevaron el enorme cariño del público asistente.

Su película empezó en “Urgull con 16 mm y termina en la bombonera del auditorio de Andrés Isasi”, apuntó Manu. En medio: Getxo Antzokia, el Gran Cinema de Las Arenas... Todos ellos han sido escenarios del cine-club desde los años 80. La trayectoria de ambos al frente de este equipo es la panorámica histórica cultural de Getxo. “Mucha gente os quiere”, destacó Juanjo Ortiz, presidente del cine-club FAS de Bilbao durante años. Él fue uno de los invitados a este homenaje. También el artista Borja Crespo, con la memoria clavada en sus épocas como parte de esta comunidad. La alcaldesa, Amaia Agirre, también participó en este agradecimiento. “Manu y Oskar han hecho de cada visionado una experiencia única”, subrayó. “Hemos tenido la suerte de contar con su gran saber. Ellos han defendido la sala oscura, el debate y la mirada cinéfila en los tiempos de las plataformas digitales”, añadió. Fundido a negro y gracias enormes para Manu y Oskar.

Y ahora desde aquí, hemendik, estas letras escriben otra despedida, una periodística, entre ilusiones apagadas y luces blancas. Melancolía pero esperanzas que sobresalen. Una nueva senda para una gran compañera, la que no soltó la mano a su dama y escoltó a la princesa de hierro. Y mucho más.