Jokin Alfageme, tras 43 años de trayectoria profesional como ertzaina, recuerda cómo vivió sus diferentes etapas dentro del cuerpo policial. Entre ellas, desgrana la forma en la que Atutxa se convirtió en una figura a la que Alfageme califica "como nuestro padre policial".
¿Cómo vivió ese aumento de peligrosidad?
Recuerdo que aquí la tasa de peligrosidad subió porque tenía que estar con autoridades como el lehendakari. Teníamos que estar más que atentos. Hacíamos servicio de prevención y teníamos que tener precaución. Hacíamos proyectos de seguridad para evitar atentados. Me tocó la época de Atutxa, estar con él. Es nuestro gran valuarte y todos le tenemos un cariño y un aprecio tremendo. Como si fuera nuestro padre policial.
¿Qué significado tuvo Atutxa?
Socialmente se vivía atentado tras atentado. Y con Atutxa, gracias a la labor desarrollada por el servicio de protección, podemos contar con él porque los terroristas se empeñaron y mucho en querer atentar contra esta persona. Una cuestión muy importante en la época de Atutxa fue una colaboración que hubo entre el Gobierno vasco y el Gobierno de Baviera.
"Hemos estado a la altura"
¿Cómo se desarrolló?
Fuimos cinco agentes a ver cómo trabajaban allí e intercambiar experiencias para luego traer propuestas de mejora. Luego vinieron ellos y también hicieron sus propuestas de mejora. Teníamos, tenemos y seguro que vamos a seguir teniendo el respeto de todas las policías, no solamente estatales, sino de Europa. Con cualquiera con la que hemos trabajado hemos estado a la altura y somos uno más.