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César San JuanProfesor de Psicología Criminal de la UPV/EHU

“Nos deberían preocupar los suicidios, no si los adolescentes van a acabar matando”

El criminólogo César San Juan dice que es "improbable" que un menor, como el de la serie 'Adolescencia', cometa un crimen

“Nos deberían preocupar los suicidios, no si los adolescentes van a acabar matando”Arnaitz Rubio

Tras visionar la serie de Netflix Adolescencia, en la que un menor de 13 años asesina a una compañera de instituto, César San Juan, profesor de Psicología Criminal de la UPV/EHU, disecciona la serie con su bisturí de experto.

¿Un adolescente modélico, como el de la serie, puede acabar cometiendo un crimen en la vida real?

Entra dentro de lo posible, pero es improbable. De suceder, sería en circunstancias muy excepcionales.

¿Qué circunstancias podrían llevar a un chaval de 13 años a asesinar a una compañera de instituto?

Que un chaval de 13 años cometa un asesinato es algo, como señalaba, excepcional. La antesala de los casos de menores que han cometido un asesinato suele ser haber sufrido maltrato o abandono y la vulnerabilidad socio-económica. También puede existir alguna anomalía en las conexiones entre la amígdala y la corteza prefrontal, que provoque explosiones violentas u otros cuadros clínicos orgánicos, como brotes psicóticos.

¿Conoce casos reales en los que un adolescente ‘no conflictivo’ haya acabado con la vida de otro?

Lo cierto es que los casos que me vienen a la cabeza -como el de Robert Thomson y Jon Venables, los chavales de Liverpool que torturaron y asesinaron a otro menor- son perfiles desviados como los que he descrito antes. En nuestro contexto quizás el caso más cercano pudiera ser el de los dos menores que asesinaron a su madre en Castro el pasado año. Precisamente el hecho de que aparentemente estos menores no fueran conflictivos hizo de este caso un suceso extraordinario.

“La antesala de los casos de menores que han cometido un asesinato suele ser haber sufrido maltrato o abandono y la vulnerabilidad socio-económica”

¿Puede tener un menor de esa edad la ‘sangre fría’ de negar los hechos ante su padre y los policías sin desmoronarse?

Esa falta de remordimientos puede responder a un perfil psicopático, aunque, en muchas ocasiones, no se trata realmente de sangre fría. Hay personas que, tras cometer un asesinato, primero se lo niegan a sí mismos. No se reconocen como autores del crimen porque les resulta insoportable mirarse al espejo y contemplar el horror de lo que han hecho.

En el capítulo en el que le entrevista una psicóloga el menor pasa de ser un niño vulnerable a estallar e intimidarla. ¿Se puede dar esa dualidad en un menor real?

Puede darse en el contexto de algún trastorno de control de impulsos o del trastorno negativista desafiante que, precisamente, se caracteriza por la irritabilidad y una actitud vengativa.

“Esa falta de remordimientos puede responder a un perfil psicopático, aunque, en muchas ocasiones, no se trata de sangre fría”

Impacta ver cómo intenta manipular o controlar a la profesional. ¿Hay menores que tratan de ejercer ese dominio sobre los adultos?

La manipulación emocional es una de las diversas estrategias que puede adquirir progresivamente un menor para obtener lo que desea. Pero hay que advertir que, en la inmensa mayoría de las ocasiones, no constituye una conducta de maldad. Simplemente aplican una herramienta que les resulta útil. Otra cosa bien distinta es lo que vemos en la serie, una manipulación yo diría que defensiva provocada, a su vez, por el temor del menor a ser manipulado. En todo caso, también digo que se trata de una ficción porque, en principio, no se aprecian en el contexto familiar del protagonista los factores de riesgo que he mencionado antes y que podrían dar como resultado ese perfil explosivo, manipulador y extremadamente susceptible. 

Padre e hijo junto al abogado en una escena de la serie ‘Adolescencia’.

¿Qué perfil psicológico trazaría del personaje del menor? ¿Es un perfil más habitual de lo que pensamos en la vida real?

No tengo una idea muy clara de lo que piensa la gente sobre si es un perfil más o menos frecuente, pero sí puedo asegurar que, objetivamente, no es lo habitual. Lógicamente sabemos que la adolescencia puede resultar conflictiva porque es una etapa de construcción de la propia identidad. Este proceso puede verse muy afectado por la imperiosa necesidad de aprobación y reconocimiento que necesitan los adolescentes por parte de su grupo de pares. Por otro lado, la masiva migración de casi todas sus interacciones a las redes sociales provoca una tormenta que puede ser muy difícil de gestionar. Recordemos que la principal causa de muerte en la adolescencia es el suicidio. Creo que este problema es lo que nos debería realmente preocupar, no tanto si nuestros adolescentes van a acabar asesinando a otra persona.

¿La misoginia que se difunde en ciertos foros y redes puede calar en los chavales y derivar en agresiones contra sus compañeras?

Claro que puede ocurrir, pero creo que no vivimos en un contexto en el que sean habituales las agresiones por parte de menores a compañeras de clase.

“No se reconocen como autores del crimen porque les resulta insoportable mirarse al espejo y contemplar el horror de lo que han hecho”

Los casos de ‘bullying’ que ocurren en la realidad ¿derivan habitualmente en un suicidio más que en el asesinato del acosador?

Sí, claro, por supuesto.

La serie se inspira en diversos incidentes de violencia juvenil ocurridos en el Reino Unido. ¿Ha aumentado el número de crímenes cometidos por menores en Euskadi en los últimos años?

Si por crímenes entendemos asesinatos cometidos por menores, no, no se observa un aumento. Es un fenómeno, afortunadamente, muy excepcional en el País Vasco.

"De niño era asaltado a punta de navaja y muchos compañeros murieron por sobredosis. Entonces la adolescencia era mucho más peligrosa"

Cuatro detenidos, dos de ellos de 15 y 16 años, por intentar asesinar a un menor en Donostia, otro con parálisis cerebral agredido en Santander... ¿Los adolescentes están más en peligro que nunca?

En absoluto. Son episodios repudiables, muy indeseables y que generan una gran preocupación social, pero, insisto, excepcionales. Cuando yo era niño prácticamente todos los días era asaltado a punta de navaja en el parque de Doña Casilda, en Bilbao, o en Deusto, donde vivía. Además, muchos de mis compañeros de clase murieron por sobredosis. Me temo que entonces la adolescencia era muchísimo más peligrosa. 

¿Hay una falsa sensación de que los hijos están a salvo en su cuarto? ¿El origen de muchos delitos puede estar en nuestra propia casa?

Pero no solo en lo que concierne al acceso a redes sociales. Otros muchos delitos a menores o adultos, como el abuso o las agresiones sexuales, la violencia de género, el maltrato a las personas mayores, tienen lugar en la intimidad del hogar aunque, paradójicamente, es el contexto que nos inspira mayor seguridad.

La burla por ser ‘incel’, esto es, célibe involuntario’ o por no gustar a las chicas se ha dado en todos los tiempos. ¿Su multiplicación por las redes la convierte en una bomba?

Como comentaba anteriormente, las interacciones sociales han migrado masivamente a contextos digitales, donde hay una mayor exposición de tu vida privada y velocidad de expansión de la información. Cualquier característica percibida como una desventaja o que genere la desaprobación de tus grupos de referencia puede complicar mucho la vida y la salud mental de los y las adolescentes. Creo que es en estos aspectos donde debemos focalizar nuestra atención y preocupación como sociedad.