En el Hospital Militar de Prisioneros de Guerra de Gernika fallecieron al menos 269 prisioneros republicanos entre 1938 y 1940. En la actualidad, el edificio que albergó dicho Hospital Militar es el centro de Educación Secundaria de Gernika y, desde abril de 2024, uno de los Lugares de Memoria de Gernika-Lumo, y en el que se ha colocado una señalización doble en homenaje a aquellos prisioneros. En el acto institucional participaron representantes del Ayuntamiento de Gernika-Lumo, Instituto IES Gernika, Escuela de Música, Instituto de la Memoria Gogora, Secretaría de Estado de Memoria Democrática, Delegación del Gobierno en Euskadi, además de la asociación Pipergorri y Begoña Fernández, testigo de dicho hospital.
La asociación gernikarra Pipergorri ha sido, precisamente, la impulsora de la creación y colocación de los elementos a pie de calle para incorporar este episodio del Hospital Militar de Prisioneros de Guerra a la memoria colectiva y pública de Gernika. Desde esta plataforma valoraron muy positivamente el trabajo colaborativo y de financiación de las instituciones implicadas cuyo resultado final ha sido la señalización de dicho espacio. Tal y como señalan “tenemos como sociedad un deber de memoria para los 269 prisioneros republicanos allí fallecidos, y estas acciones son un paso adelante después de tantos años de olvido”, describieron.
Begoña Fernández, hija de un fallecido allí, terminó su intervención con dos palabras muy importantes: “memoria y dignidad”. Palabras que Pipergorri hace suyas. Por su parte, Alberto Alonso, director del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos−Gogora incidía en la necesidad de vencer el olvido y alzar la voz “ante quienes pretenden una vez más envenenar la convivencia con odio, falsedades, sectarismo e intolerancia”, como deber hacia las víctimas primero y también hacía las generaciones más jóvenes.
Este acto de dignificación de las víctimas fallecidas en el Hospital Militar se suma a las actuaciones previas realizadas en este sentido: los trabajos de investigación histórico documental realizados por las asociaciones Gernikazarra y Pipergorri, recogidos en una publicación, y la instalación del Memorial 269 realizada por José Ibarrola en el cementerio municipal de Zallo en memoria de estas víctimas.
Tubercculosis
José Mari Sahelices y Amagoia López de Larrucea, miembros de Pipergorri, participaron en el acto y con ellos, tomó la palabra Begoña Fernández de 96 años, hija de Constantino Fernández, prisionero fallecido por tuberculosis en este complejo, el 12 de octubre de 1938. Precisamente, el panel presentado recoge parte del testimonio de Begoña cuando visitó a su padre enfermo. Hasta donde se conoce, el de Begoña es el único testimonio vivo de una persona que visitó el hospital cuando tenía 10 años. “Mi hermana y yo solo pudimos ir a verle una vez (…) casi no le podía reconocer de lo debilitado que estaba. Recuerdo que nos besó y con lágrimas en los ojos dijo a mi madre ‘no las abandones’. Y ése fue el final de mi padre para mí”, recordaba una emocionada Begoña.
LABOR DE DIFUSIÓN
La labor de difusión de Pipergorri sobre los 269 fallecidos en el Hospital Militar de Prisioneros de Guerra de Gernika ha sido constante, y recientemente recibieron el reconocimiento del Archivo de la Democracia de la Universidad de Alicante, ya que, dado el origen tan lejano de los fallecidos, ha contado con la colaboración de las propias familias en sus lugares de origen.
Los prisioneros eran jóvenes de entre 19-32 años que fallecieron en precarias condiciones, lejos de su tierra y en su mayoría por tuberculosis.