Es un pulso cada vez más enconado pero necesario para que el desarrollo de la red viaria de Bizkaia no invada la biodiversidad y el medio natural del territorio.

Un equilibrio que sobre todo es más difícil de conseguir en los proyectos de modernización de las carreteras secundarias, aquellas que discurren o se diseñan en zonas naturales e incluso protegidas.

Bien lo sabe el diputado foral de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Carlos Alzaga, que asegura “tener una fijación especial con las obras perimetrales” tras casi un año en su nueva responsabilidad.

En declaraciones a DEIA sobre el tema se refiere a tres iniciativas a desarrollar en las comarcas de Enkarterri y Busturialdea cuyo desarrollo acumulan retrasos como consecuencia de la necesidad de cambiar los proyectos para compaginar las obras y los proyectos constructivo con los condicionantes medioambientales.

Las más cercanas en el tiempo a ejecutar son las que implicarán la modernización de la red viaria de la zona de Enkarterri que linda con Cantabria, unas carreteras de la que dijo el diputado a la hora de presentar los presupuestos de su departamentoe en noviembre pasado que “daban verguenza”.

Modernizar la red de Enkarterri

El área foral trabaja desde hace años en hincarle el diente a esta asignatura pendiente y espera que durante este ejercicio finalmente se inicien las obras en diferentes tramos de la carretera BI-630, la columna vertebral de la zona.

Ya están apartados 5,7 millones de euros para mejorar la vía en los tramos La Herrera-Malabrigo o Traslaviña-Turtzioz, entre otros. Se ubican en la parte más rural de la comarca a través de Artzentales, Turtzioz y Karrantza y el diputado considera que “ese paisaje maravilloso de Enkarterri y Karrantza condiciona la ejecución de la obra”.

Aun así asegura que “estamos codo con codo con el departamento de Medio Natural para que nos dé validez a nuestro proyecto, en el que estamos haciendo correcciones importantes al proyecto para ejecutarlo”.

Y es que obtener el plácet de Medio Ambiente en forma de declaración de impacto ambiental va a suponer replantear algunos viaductos que salvaban pequeños valles, por la presencia del alimoche, y rectificar itinerarios previstos inicialmente que van a obligar “a bajar un poco la velocidad de la carretera para no comer tanto terreno al monte”, indica Carlos Alzaga.

Es un tema que le preocupa ya que afirma que “hay que valorar cuántos minutos se van a gastar en el viaje a cambio de mantener la naturaleza del entorno, que la gente va a visitar y disfrutar”.

A niveles todavía de proyecto sobre el papel se encuentra en las mismas circunstancias el nuevo trazado de la carretera del alto de Sollube. El diputado reflexiona sobre el proyecto de construcción en el tramo que va de Bidebieta, en la parte oeste, hasta la cumbre de Sollube.

El alto de Sollube

“En esta primera fase hay una serie de hitos medioambientales que hay que solventar”, indica para “seguir dando vueltas al proyecto constructivo”. Una labor que ya está finalizada por parte de los técnicos forales y se ha remitido ya a Medio Ambiente una primera propuesta de trazado estando ahora mismo a la espera de que la dirección foral emita su dictamen sobre las afecciones que puede tener.

Se ha trabajado en no afectar a una masa arbórea determinada o a una especie animal concreta y también en trabajar en unas condiciones estrictas para la conservación de los hábitats durante las obras de modernización de la carretera”. Con el visto bueno de Medio Ambiente se encargará ya la redacción del proyecto constructivo al detalle”, indica el diputado foral.

Otro gran proyecto viario anunciado hace más de 15 años como es la continuación de la autovía desde los túneles de Urdinbide, en el alto de Autzagane, hasta la variante de Gernika, sigue en barbecho por los condicionantes medioambientales al tener que desarrollarse en la zona protegida de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.

Nuevo vial hasta Gernika

Carlos Alzaga reconoce que “condiciona muchísimo” una iniciativa que “parece que está parada, en lo visible, pero en la que seguimos trabajando realizando análisis que nos permitan avanzar en una alternativa que compatibilice el medio ambiente con las obras”. Asegura que “se buscan opciones de trazado que nos permitan tanto la dirección de Medio Ambiente de Diputación como el Patronato de Urdaibai para compatibilizar ambas cosas, una carretera más segura con un entorno privilegiado, como es la zona de Busturialdea”.

Lo que ya está descartado es una nueva autovía de las características que conecta actualmente la variante de Amorebieta con los túneles de Urdinbide. Alzaga indica que “será muy difícil porque es una zona muy encajonada” indica, dejando la opción más plausible a una mejora ostensible de la actual traza de la carretera.

Especifica que “ahora mismo no te puedo indicar qué zonas se mejorarán, pero, imagínate por ejemplo, las curvas de Zugastieta son partes muy complejas” y reconoce que “es difícil acometer una mejora extraordinaria, sin tener un impacto ambiental muy alto, por eso hay que buscar ese equilibrio necesario”.