Hay quien encuentra la inspiración en París, la ciudad del amor, o en Roma, la ciudad eterna, pero Fernando Zamora, –el seudónimo literario del poeta Fernando Lorenzo Gómez– siempre ha encontrado en Derio el refugio ideal para dar rienda suelta a su faceta poética. Desde el despacho de su casa, junto a la plaza San Miguel, divisa la silueta del Serantes y, al mismo tiempo, Artxanda. Un lugar estratégico en el corazón de Txorierri desde el que lleva seis décadas mostrando al mundo esa sensibilidad especial que atesora por la poesía.

Nacido en el pueblo zamorano de La Hiniesta, en 1940, este derioztarra de adopción recaló en Bizkaia siendo un adolescente, con apenas 17 años. Su hermano, que por aquel entonces hacía la mili en Bilbao, le animó a trasladarse a la capital vizcaina en busca de un futuro y una vida mejor. Su pasión por el Athletic también influyó. “Soy socio desde hace muchos años”, recalca orgulloso. Delineante de profesión, el dibujo y la poesía han marcado su vida. Consiguió trabajo en Magefesa, primero en Lamiako y después en Derio, adonde se trasladó en 1963. Allí adquirió un piso y empezó a escribir su historia familiar. En su maleta siempre ha viajado un bloc de notas en el que plasmar mediante poemas los acontecimientos más destacados de su pueblo. Involucrado con la cultura local y partícipe de diversos actos sociales que le han llevado, por ejemplo, a ser nombrado pregonero de las fiestas patronales de San Isidro hasta en tres ocasiones, acaba de publicar su décimo libro, la cuadratura del círculo, puesto que es su primera obra dedicada íntegramente a Derio. Bajo el título Derio, siempre en su corazón (Derio nire bihotzean) ofrece una recopilación de numerosos poemas relacionados con el pueblo, con sus vecinos, valores y luchas. Para facilitar y contextualizar cada poema incluye la fecha en la que fue escrito, pocos detalles más, “quizá así sea más fácil entender la transformación que ha experimentado este municipio y la sociedad en general”, apunta. De esta manera, se explica el lenguaje utilizado, en ocasiones lejos de la necesaria corrección actual. “La recopilación no implica realizar cambios en la forma en la que se plasmó hace décadas, aunque hoy el evento hubiera requerido de otra relectura y el poema de otra reescritura”, indica.

El coro Sutondoan ofreció una actuación durante la presentación del libro.

En esta línea, Fernando Zamora ha plasmado la evolución del municipio a través de poemas divididos en tres bloques. El primero, Pueblo, lo componen poemas dirigidos a Derio y esos paisajes que merecieron su atención. En el segundo bloque, Acontecimientos, ha reunido los que se refieren a momentos destacables desde que vivo aquí. Y el tercero, Nosotros, engloba los dedicados a personas o grupos con los que tuve algún tipo de relación.

“Describo a profesores como Rafa Mendia, el practicante Marcelino Aburto o deportistas como Kike Begoña o Ander Garitano. También se relatan acontecimientos como el corte de suministro de agua, la creación del instituto de mayores, el ruido de los aviones, la falta de un ambulatorio y las actuales instalaciones sanitarias, etc.”, señala Fernando.

Durante la selección de los poemas, obviamente no se incluye la totalidad de los que ha escrito en sesenta años, pero todos los seleccionados “tienen algo y cuentan una historia de vida, de nuestras vidas”, destaca. Una comunidad, la derioztarra, que siempre se ha mostrado “como un pueblo muy unido”, subraya Fernando, quien agradece a todos esos vecinos y vecinas que han hecho del pueblo “un lugar de encuentro, a quienes han puesto su corazón en Derio... o Derio en su corazón”.

Fernando Lorenzo Gómez firma algunos ejemplares a sus vecinos.

Asociacionismo

Sobre esta línea, la literatura ha formado siempre parte de su vida y la practica como lector, poeta y rapsoda. En 1973 fundó junto a otros poetas la Asociación Poético-Literaria Aralar y desde 1975 pertenece a la Asociación Artística Vizcaína, de la que ha sido presidente. Igualmente, siempre ha estado implicado en la vida de Derio colaborando en diferentes asociaciones y movimientos vecinales como la Asociación de Vecinos Denontzat y la de Padres y Madres de Alumnos de la Escuela y la del Instituto. Asimismo, han puesto música a alguno de sus poemas artistas como Iñaki Basabe o Fernando Estévez. Sin embargo, tras muchas antologías y nueve libros propios, decidió que era el momento de publicar esta recopilación. “No es una historia completa de Derio y no estará todo lo que merece ser reseñado, pero es mi historia poetizada, contada a mi manera. Pero claro que hay más, hay mucha más”, concluye. l