Bizkaia es el territorio histórico de la Comunidad Autónoma de Euskadi con un mayor índice de personas jóvenes no emancipadas que necesitan una vivienda. Este uno de los datos que se extrae del Diagnóstico de la Situación de la Juventud de Euskadi hecho público por el Observatorio Vasco de la Juventud. Así, un 37,5% de los vizcainos de entre 18 y 34 años que sigue residiendo en el domicilio familiar afirman que precisan de un recurso habitacional para poder desarrollar su proyecto de vida.
Este porcentaje que mide la necesidad de vivienda entre la población joven es ligeramente más alto en Bizkaia que en Gipuzkoa, donde alcanza un 36,8%. En cambio, Araba se sitúa claramente por debajo en este parámetro, con el 30%. En esta misma línea, el índice de la disponibilidad de vivienda entre la juventud vizcaina no emancipada es el más bajo de Euskadi. Solo el 1,8% de las personas de 18 a 34 años que viven en el hogar familiar cuentan con otra vivienda, aunque no la utilicen como su domicilio habitual. En Gipuzkoa el porcentaje asciende hasta el 2,6%, mientras que en Araba es más del doble que el de Bizkaia (3,8%). Consecuentemente, en Bizkaia el 60,7% de los jóvenes no emancipados dicen no tener vivienda ni necesitarla de momento, cifra casi idéntica al 60,6% de Gipuzkoa, pero claramente inferior al 66,2% del territorio alavés.
Todo ello repercute en un índice muy bajo de emancipación entre los 18 y los 34 años, que en 2023 era solo del 33,5% en el global de la Comunidad Autónoma Vasca. Con una edad media de emancipación de 29,7 años, se sitúa en el furgón de cola de la Unión Europa, aunque ligeramente mejor que el Estado español, que llega a los 30,4 años. Croacia es el país de la UE donde la juventud tarda más en abandonar el nido familiar (31,8 años).
Y es que el desembolso que una persona asalariada de entre 18 y 34 años debe realizar en Euskadi para hacer frente al pago de la vivienda es muy elevado. En el caso de Bizkaia, los porcentajes del sueldo requeridos para ello son idénticos que en Araba: un 59,2% en el caso del abono en solitario de la cuota hipotecaria y un 48,4% para la renta de alquiler mensual. Bastante mayor es el esfuerzo que deben afrontar los jóvenes en Gipuzkoa, donde los precios de las viviendas libres son más altos, especialmente en Donostia y su entorno. Allí, deberían dedicar un 52% del suelo para el alquiler y un estratosférico 74,3% en el caso de tener que abonar en solitario la hipoteca.
En estas circunstancias, se antoja imprescindible el recurrir a programas institucionales que faciliten el acceso a una vivienda en el mercado libre. Uno de ellos es Gaztelagun, puesto en funcionamiento en 2019 por el Gobierno vasco, por el cual se conceden ayudas directas a personas de entre 18 y 35 años para el abono de una parte de la renta de alquiler de la vivienda habitual. En 2023, 7.887 personas se beneficiaron de esta iniciativa en toda la Comunidad Autónoma. De ellas, 4.474 –un 56,7% del total–, fueron mujeres, en línea con la dinámica habitual de mayor presencia femenina. En lo que respecta al reparto por territorios, el 53,6% de las personas beneficiarias –4.230– residen en Bizkaia, lo que se corresponde con la distribución efectiva de la juventud. No en vano, en dicho territorio histórico vive un 50,9% de la población de 15 a 29 años de Euskadi.
Otro programa de ayudas a la emancipación impulsado por el Gobierno vasco es el novedoso Emantzipa. Consiste en el abono directo de 300 euros al mes durante un máximo de dos años para jóvenes de 25 a 29 años, a fin de que hagan frente tanto al gasto en alquiler de vivienda como a una hipoteca. Se puso en marcha en febrero del presente 2024 y recibió un total de 5.496 peticiones en los tres primeros meses. De este volumen de solicitudes, el 51,7% proceden de Bizkaia, el 33,7% de Gipuzkoa y el 14,6 de Araba. Como ocurre en el programa Gaztelagun, también en Emantzipa tiene un mayor peso la población femeninia, con un 60,5% del total de las peticiones realizadas por mujeres.
En lo que se refiere a la demanda de vivienda por parte de personas jóvenes a través de Etxebide, esta se ha incrementado notablemente en un año, pasando de las 25.530 solicitudes de 2022 a las 33.608 del 2023 entre menores de 35 años del total de Euskadi. De ellas, casi dos tercios –21.135, lo que supone un 62,9%– estaban dirigidas para encontrar vivienda en alquiler, mientras que las 12.473 restantes estaban enfocadas al modelo de propiedad. En total, se adjudicaron 1.252 viviendas en el pasado 2023: 872 fueron en alquiler para jóvenes de 18 a 34 años y 380 en régimen de compra.
LAS CLAVES
En Araba, más cubiertos. El índice del 37,5% de necesidad de vivienda en la juventud vizcaina no emancipada es bastante similar al 36,8% que se refleja en Gipuzkoa. Sin embargo, en Araba este porcentaje cae hasta el 30%. En este territorio, el 3,8% de los jóvenes que viven en el hogar familiar lo hacen pese a disponer de otra vivienda. En Bizkaia solo están en esa situación el 1,8% de las personas entre 18 y 34 años y en Gipuzkoa, el 2,6%.
El mayor esfuerzo, en Gipuzkoa. En Bizkaia, el abono en solitario de la cuota hipotecaria se lleva el 59,2% del sueldo de los asalariados de entre 18 y 34 años. En el caso del alquiler mensual, es el 48,4%. Idénticos índices se reflejan en Araba. En cambio, en Gipuzkoa, ascienden al 74,3% en las hipotecas y al 52% en el arrendamiento.
Mayoría femenina. Un 56,7% de las personas beneficiarias del programa Gaztelagun son mujeres. En el caso de Emantzipa, un 60,5% de las solicitudes son de población femenina.