El Ayuntamiento de Getxo cuenta con un nuevo contrato de limpieza urbana y por eso, esta misma semana ya se han puesto en práctica algunas novedades, como el retraso de una hora para que dé comienzo el trabajo de los operarios por la mañana. Es decir, el baldeo, recogida de residuos y uso de barredoras de aceras y calzadas han empezado sobre las 6.45 horas. De igual modo, se han suprimido el camión de carga lateral y los camiones pequeños satélite en el turno nocturno. En ambos casos, para minimizar las molestias derivadas de ruidos y olores.
Otro de los cambios es que se van a generar dos zonas de barrido. Así que el municipio pasa de estar dividido en 24 a 26. Además, se recupera en 24 de esas áreas el concepto de operario de zona, con hasta doce cambiadores de proximidad para facilitar la salida de trabajadores de barrido manual. Precisamente para estas tareas realizadas directamente por el barrendero se incluyen cinco aspiradores de acera, más eficaces y silenciosas, de forma que habrá una aspiración manual semanal en cada ámbito, añadiendo dos equipos de baldeos manuales para su mayor efectividad en la recogida de colillas, chucherías, heces de perros, etc. También se introducen carros eléctricos para favorecer la ergonomía de los trabajadores y dos barredoras de aceras (una de ellas, eléctrica), entre otro material.
En relación a los residuos orgánicos se van a duplicar los efectivos y maximizar la preparación para su reciclaje. Y se continuará con placas de carbono activo en el interior de los contenedores marrones y grises para evitar malos olores y también en los equipos soterrados. La alcaldesa getxoztarra, Amaia Agirre, destacó ayer que “los principales objetivos son intensificar la limpieza de calles y contenedores, adaptar los horarios de recogida e implicar a la ciudadanía en un Getxo más sostenible”. El presupuesto máximo total del contrato, por cinco años, ronda los 58 millones de euros (IVA incluido) y trata de cumplir con los objetivos de reciclaje establecidos en la Ley de residuos: 55% de los desperdicios urbanos para el año 2025; el 60% para 2030 y el 65% en 2035.