La XXVI edición del Sagardo Eguna de Abanto-Zierbena puso de manifiesto de nuevo la íntima y secular relación que la antigua república de las Encartaciones ha tenido siempre con el cultivo de árboles frutales, y entre ellos el manzano que no solo aportaba la frescura de su fruta madura si no que además permitía la elaboración de una singular bebida, la sidra, apreciada desde Trapagaran hasta el valle de Karrantza donde hubo una gran cantidad de estos frutales. También en otros municipios como Sopuerta de donde procedían los 300 kilos que ayer después de pasar por la kirikoketa y a golpe de maza se convirtió en un jugo fresco y dulce que pudo ser saboreado por los asistentes a la fiesta. “El Sagardo Eguna tienen una gran importancia porque nos permiten acercar a la gente un producto muy arraigado en nuestra cultura pero que aún es un gran desconocido aunque ahora está viviendo una revolución muy bonita”, destacó el enólogo y sumiller Mikel Garaizabal que ayer dio una cata comentada sobre la importancia de esta bebida que a su juicio “está viviendo la revolución que hace 30 años vivió el txakolí que ha pasado de ser una bebida de hombres porque no había nadie más que lo valorase a ser uno de los caldos más reconocidos entre las diferentes denominaciones de origen”.

Los bearneses se ganaron al público con su ritmo y habilidad

En este sentido, Garaizabal adelantó que el proyecto de Euskal Sagardoa de inclusión de la sidra en un marco intrafronterizo a nivel de Euskal Herria, “va a suponer un salto cualitativo que abre nuevas expectativas para que el sector primario apueste por la plantación de manzanos. La producción de manzana para sidra puede ser rentable”.

“El actual impulso de Euskal Sagardoa a la sidra es una oportunidad para los fruticultores”

MIKEL GARAIZABAL - Enólogo y sumiller

Unas declaraciones hechas en el marco de una fiesta promovida hace 26 años por el grupo de danzas Meatzaldeko Harrigorria que ha convertido esta cita en un reivindicación activa tanto de la cultura de la sidra como en un espacio donde la expresión popular de la cultura vasca se amalgama en torno a la música, la danza y el euskera. La fiesta comenzó a las 11.00 en la fuente Marciano con una kalejira festiva en la que hubo dos referentes que causaron admiración entre los cientos de personas que se arremolinaron en el recorrido. Por un lado el grupo bearnés de danzas, Chancaires de Sent Pér de Léren, que aupados en sus largos zancos recibieron los aplausos más intensos del personal ante su pericia para bailar a más de metro y medio del suelo.

Txalaparta móvil

La otra sorpresa de la jornada la protagonizó una txalaparta móvil ideada por Daniel Pastor, a instancias de un profesor de txalaparta del grupo de Lutxana que acoge tanto a txalapartaris como a dulzaineros, albokaris e incluso una banda de cartón. “Él lanzó el reto. Y aprovechando que trabajo en el puerto y veo la cantidad de madera que se deshecha, dije esta es la mía”, subrayó David que ha creado un estructura plegable que se asienta sobre una plataforma móvil. “Aún nos quedan detalles por pulir porque al ir en movimiento las tablas de la txalaparta se mueven”. El público asistente, ajeno a las diatribas de sus creadores, aplaudió con ganas esta evolución de la txalaparta.

La txalaparta móvil sorprendió al público por su dificultad.

El apunte

  • Evolución. Esta XXVI edición del Sagardo Eguna de Abanto-Zierbena dio un salto cualitativo al trasladar a la mañana las catas comentadas sobre el cometido del consejo regulador Euskal sagardoa y poner de relieve el futuro esperanzador de la sidra.
  • Txalaparta con ruedas. Uno de los detalles que marcarán la historia del Sagardo Eguna será la inclusión en su kalejira de la txalaparta móvil ideada por los barakaldarras del grupo de dulzaineros, albokaris y txalapartaris de Lutxana.