El ansiado vial Urki Hegoalde será una realidad a finales de este año. Estos son los plazos que manejan y confirmaron nuevamente ayer desde el Ayuntamiento de Durango para poder estrenar así una infraestructura clave para mejorar la movilidad y descongestionar el tráfico en el municipio. Como parte de estas obras, la administración local ha comenzado con la instalación de dos controles de gálibo, diseñados para regular el tráfico y limitar el paso de vehículos de gran tonelaje. Esta medida tiene como objetivo proteger el entorno urbano y minimizar el impacto de camiones pesados en las infraestructuras viales locales, mejorando así la calidad de vida de la ciudadanía.
Con un coste cercano a los 18.000 euros, se prevé que los trabajos para instalar los dispositivos de control de gálibo estén finalizados a lo largo de este mes de octubre, preparando el vial para su próxima apertura. “Reiteramos nuestro compromiso con el desarrollo sostenible y la mejora de la movilidad en Durango, asegurando que este proyecto contribuirá a una circulación más eficiente y segura en la zona. Además, se prevé que la ampliación de la infraestructura finalice en noviembre con lo que se garantizará una red vial más completa y conectada”, explicaron fuentes municipales.
Hay que remontarse al año 2010 para rescatar los inicios del proyecto. Y es que dada la envergadura y los elevados costes de la infraestructura su ejecución se desarrolló en cuatro fases. La primera comenzó en 2010 y finalizó dos años después con una inversión de algo más de un millón de euros. Hubo que esperar cuatro años para el inicio de la segunda fase en 2014 con un desembolso de 1,4 millones de euros. La tercera fase dio los primeros pasos en agosto de 2018 con unos trabajos que concluyeron en febrero de 2019 por un valor de 825.000 euros. Y ahora, con las obras de la cuarta fase, el final de este proyecto está muy cerca.
El vial Urki Hegoalde permitirá unir el barrio de Tabira con la rotonda de Montorreta, junto a la empresa ONA y el supermercado Alcampo con el propósito fundamental de descongestionar el tráfico que ahora atraviesa la localidad. Por otro lado, la nueva infraestructura será el impulso al sector industrial de Eguzkitza, facilitando a las empresas implantarse al otro lado del polígono de Astola en Abadiño, y posibilitando, a su vez, la creación de empleo para Durango y la comarca.