Los más veteranos recordaban el pórtico exterior y los retablos que vestían el interior de la iglesia zallarra de San Miguel en contraposición con su actual sobriedad. Los asistentes a la primera de las visitas guiadas del Museo de las Encartaciones en torno a la exposición temporal sobre el gótico en la comarca procedentes de otros lugares no disimularon su sorpresa por la transformación. La talla de San Miguel, de mediados del siglo XVI, que ha presenciado las sucesivas reformas hasta 2003, ha regresado a casa estos días con motivo de las fiestas, que se celebran en el municipio hasta el lunes.

El historiador Jesús Muñiz Petralanda desveló que “probablemente debió de ser realizada por algún oficial del taller del maestro Felipe Vigarny, el más destacado del momento en la Diócesis de Burgos, a la que esta parroquia perteneció hasta 1525”. Y es que “la calidad de los detalles de la armadura, su delicada policromía renacentista y la caracterización del rostro, inclinado y muy carnoso, con el detalle de mostrar descubierta tan solo la oreja derecha, nos remite a imágenes del retablo de San Pedro de la capilla de los Condestables en la catedral de Burgos”. Se trataba de un taller “muy activo, que ya conocía” las corrientes que estaban revolucionando el arte en Italia.

El historiador Jesús Muñiz Petralanda. E. CASTRESANA

Observando de cerca la talla, explicó cómo “en el tardogótico se empezaba a conquistar la tercera dimensión: las extremidades dan sensación de movimiento, ya no hay simetría”. En concreto “carga el peso sobre un pie y juega con los brazos” en el ademán de portar una lanza y pesar las almas en una balanza. Ambos elementos son posteriores a la creación del San Miguel. El gesto de “bajar ligeramente el párpado le dota de una expresividad adicional”. En el siglo XVI “construyeron iglesias tremendas que luego han quedado muy por encima de sus necesidades”. Pero hay que tener en cuenta que no solo cobijaban a los feligreses, sino también a los difuntos.

“Reconstruir el puzle”

Fotografía antigua del templo y su entorno. ZALLAKO UDALA

En iniciativas como la exposición que alberga hasta abril de 2025 la Casa de Juntas de Abellaneda los expertos “reconstruimos este puzle tan complejo con piezas aisladas”. Aunque a veces perviven testimonios fotográficos como los del pórtico y el retablo mayor que presidía el San Miguel. “Nada queda de él, ya que ahora encontramos una obra neogótica del taller de Basterra y Larrea de 1899 en origen dedicada al Corazón de María en la actual catedral de Santiago, donde permaneció hasta el año 2000”.

Además, recomendó a las personas inscritas en este primer recorrido completar la visita en el Museo Diocesano de Arte Sacro, que cuenta con “platería de los siglos XVII y XVIII” que refleja los fuertes vínculos históricos entre Zalla y México.

La majestuosa lámpara, la talla de Nuestra Señora del Rosario, que se celebra el domingo, y el Cristo casi a tamaño natural de cuyo corazón mana sangre a un cáliz centraron también la atención. La próxima cita llegará el 12 de noviembre, con excursión al castillo de Muñatones y la ermita de San Martín.