En Enkarterri el tiempo “puede influir de forma positiva”, opina Leyre Barreras, de la empresa Leykatur radicada en Karrantza. Por ejemplo, “en la cueva de Pozalagua y el museo de Dolomitas, que se encuentran a cubierto”, mientras que el centro de acogida de fauna silvestre Karpin Fauna “necesitaría un término medio, mejor sin lluvia, porque está al aire libre”. La cercanía de Cantabria permite aprovechar la afluencia veraniega a “Castro Urdiales, Laredo, Noja, Isla, etc. a la hora de elaborar planes alternativos”. En parte por esos viajes Madrid tiene un gran peso en la procedencia de los turistas en Karrantza y Enkarterri. Combinado con “una presencia cada vez mayor de los internacionales: “Inglaterra, Francia, Alemania y últimamente, también Israel”.

El valle más extenso de Bizkaia cuenta con unos diez alojamientos “de todo tipo, desde alquiler íntegro a hoteles rurales o el balneario, que dispone de cincuenta habitaciones”. Recientemente se ha incorporado Chavarri Etxea, la casa indiana del barrio de Biañez que las Misioneras Cruzadas de la Iglesia abandonaron en 2022 después de 56 años. Karrantza “es el municipio encartado con más alojamientos”. En temporada alta de verano, festivos y puentes cubre perfectamente la demanda, pero la estacionalización representa un problema cuando llega el invierno.

“Nosotros siempre hemos tenido nuestro propio público, que busca la montaña en verano independientemente de que haga sol o llueva”, sostiene Maika de Mena, que regenta la casa rural Gailurretan en la localidad desde hace veinte años. Huéspedes de otros puntos de Euskadi, del resto del Estado y cada vez más extranjeros: “muchos ingleses y holandeses”. Lo que sí han notado en este alojamiento con seis habitaciones y restaurante es que este año “las llegadas se han adelantado” en el calendario. “El ferry, vuelos directos que conectan con ciudades europeas y campañas de promoción institucionales” están posicionando “Bilbao y Bizkaia” en el mapa turístico. También Enkarterri, como han observado en sus dos décadas en la hostelería. La comarca “ha cambiado, pero todavía le queda, conserva su encanto y ojalá siga así porque tampoco queremos que se convierta en un destino masificado”.