El día está apagado en el cielo (aunque el sol pelea por un hueco), pero muy encendido en tierra y en mar por todo Plentzia, porque hoy venera a su querida Virgen de El Carmen.
La emoción se apodera de la villa de Uribe Kosta en una fecha tan señalada, en un día muy suyo, muy íntimo y de pertenencia. Sobre todo, los vecinos y vecinas se vuelcan con la procesión marítima, que ha partido a las 13.30 horas desde el puente, tras su pequeño paseo terrestre desde la iglesia. Se ha repetido la inquebrantable imagen de las 40 embarcaciones acompañando a la Virgen, muy bien cobijada en el barco principal por las autoridades municipales de Plentzia, Gorliz y Barrika, y el párroco Borja Uriarte. Y al frente de todo este séquito empapado de tradición, Arkote. La trainera es la encargada de guiar el camino entre las aguas. Así lo hace desde siempre, desde 1960.
"Un día muy especial"
En el ambiente se respira ese aroma de las citas ansiadas en el calendario. Y los ojos observan los pañuelos, las camisetas blancas y las faldas de arrantzal. "Es un día muy especial y bonito", corroboran dos veteranas del lugar. Es una festividad que, realmente, no entiende de edades porque los más jóvenes tampoco quieren perderse la estampa marítima. La procesión ha discurrido por el puerto -donde se han concentrado numerosas personas-, la playa, el hospital y la zona del castillito de Gorliz, punto que ha albergado la ofrenda floral, el responso y el sentido homenaje a los marineros y la gente del mar. A los de ahora y, por supuesto, a los de antes. Este municipio no les olvida porque está en su genética ese alma marinera. Por eso, este recorrido tiene siempre seguidores sea a la hora que sea, sea en el momento que las mareas determinen. Y si es por la mañana, como esta vez, pues a organizarse para poder disfrutar de esta celebración.
Así, Plentzia ha sido la primera localidad vizcaina en sentir el día de El Carmen. Santurtzi lo hará por la tarde y a lo grande, como acostumbra.