Cuando los relojes marcan las seis de la tarde un sábado, los trabajadores y trabajadoras de los 56 locales comerciales que aloja el centro comercial Ballonti (Portugalete) saben lo que les espera: cuatro horas frenéticas hasta el momento de echar el cerrojo. Esa es la franja horaria de mayor volumen de ventas de toda la semana. Sin embargo, la de ayer fue una tarde atípica para los dependientes del complejo jarrillero, porque a las 15.50 un aviso de bomba les obligó a abandonar sus puestos de trabajo antes de tiempo. La consecuencia: el 70% de las ventas del día perdidas.
“Nos han chafado el día”, apuntó ayer Julia García, que trabaja como dependienta en 55 Concept Store. “Hemos perdido entre el 60% y el 70% de las ventas del día, el mejor de la semana”, precisó. Dijo, además, que no son pocos los clientes que se acercan al centro comercial desde provincias limítrofes como Burgos y Cantabria. “Hay bastante gente de Castro y Burgos que hace turismo de centro comercial”, afirmó. “Si están por aquí, no sé cómo van a poder volver a casa...”, deslizó.
Sus compañeras, Itziar y Maite, añadieron que éste no es el primer desalojo que enfrenta Ballonti. Hace algunos años también tuvo que ser cerrado a los clientes como consecuencia de una ciclogénesis explosiva. No recordaban en qué día de la semana se produjo el cierre, pero ambas insistieron en que el penúltimo día de la semana es la jornada de más trasiego comercial. “Si llega a pasar por la mañana o al mediodía nos hubiera afectado menos. La gente empieza a venir después de la hora de la siesta, a esos de las seis”, contextualizó una de ellas.
Estíbaliz Gea –trabajadora de Calzedonia– también cifró las pérdidas en torno al 70%. “Las tardes del sábado son las más potentes”, explicó. A ella el aviso le pilló conduciendo al centro comercial. “Me da que esta tarde no vamos a poder abrir”, lamentó. Y casi acertó, porque el centro comercial volvió a abrir sus puertas pasadas las 21.00 horas, cuando apenas quedaba una hora para el cierre de los comercios que se ubican en el complejo. Fuentes del mismo consideraban ayer que es demasiado pronto para hacer una estimación de las pérdidas para Ballonti en su conjunto. Y es que el centro comercial aloja 56 establecimientos comerciales –entre tiendas, peluquerías y comercios de otra naturaleza– y 16 locales de restauración, además de un hipermercado y unos cines.
Al margen del impacto económico del falso aviso de bomba, Silvia Angulo, portavoz del complejo, dijo en una nota remitida a este periódico a última hora de la tarde que la prioridad en aquel momento de incertidumbre era “garantizar la seguridad de las personas usuarias”. Por fortuna, la inspección realizada por los agentes de la Ertzaintza resultó negativa, por lo que los locales de restauración sí pudieron retomar su actividad, aunque los comercios no tuvieron demasiado margen para realizar ventas. Asimismo, Ballonti también agradece en este mismo texto “la paciencia de todas las personas usuarias en estas circunstancias”. Todo quedó en nada.