Más de una no pudo contener las lágrimas desde el escenario, con sus rosas rojas en la mano. Orgullosas de sus nietos y de haberles podido transmitir sus vivencias. Amamas influencer, como ha llamado el Museo de las Encartaciones al proyecto que conserva la memoria histórica de Enkarterri en treinta entrevistas a cargo de sus descendientes, medio centenar de estudiantes de cuarto curso de ESO en el Instituto Eretzaberri de Sodupe, núcleo urbano perteneciente a Güeñes. El colofón al trabajo de los últimos meses llegó con un emotivo homenaje en el que se proyectó un vídeo resumen en la Kultur Etxea.
Por segundo año, el centro cultural ha querido sacar del olvido las vidas de mujeres “silenciadas durante décadas”, una generación a la que “le debemos una parte importante de los derechos que hemos conseguido”, recordó la responsable de Educación del Museo de las Encartaciones, Ainara Arranz. Muchas de ellas, además, desarrollaron su vida laboral vinculadas a la industria de la cuenca del río Cadagua. El proyecto se enmarca en el segundo Plan de Igualdad de las Juntas Generales, centro propietario del museo.
Ana Mari Laiseka nació en Sodupe hace 77 años. “A los 16, ya mayorcita, porque normalmente se empezaba a trabajar a los 14”, entró en la fábrica de La Conchita, que desde principios del siglo XX hasta la década de los noventa se dedicó a producir sacos de yute y cáñamo y fibra. “En mi casa nunca faltó de nada, empecé a salir con mi marido a los 15 años”, contó a su nieto, Aner Pascual. A pesar de que gozó de “libertad” dentro de las circunstancias que permitía la dictadura franquista, es innegable que comparando su vida con los adolescentes de hoy día “se ha dado la vuelta completamente”. “Que se diviertan, si el concierto de las fiestas comienza a la una de la madrugada, ¿cómo no van a volver a las siete?”, animó a los chicos y chicas, siempre “con responsabilidad”.
Angelina del Castillo vino al mundo hace 78 años en Mataporquera, Cantabria y vive en Enkarterri desde hace 52. Durante cuatro décadas trabajó en el comedor del Colegio de Alonsotegi. “No tuve juventud. Diversión poca, porque todo estaba prohibido para las mujeres, nos tocaba coser, tejer, etc.”, confesó. Sus primeras salidas fueron “a Balmaseda, para cuidar a unas tías de mi madre”. A las nuevas generaciones les aconseja “luchar, ser buenas personas e ir consiguiendo cosas poco a poco”. Del proyecto guarda “un recuerdo para toda la vía”, al igual que su nieto, Joel Gutiérrez: “Valoramos lo que hemos avanzado gracias a todo lo que consiguieron ellas”.
Protagonistas
30
María Teresa Vargas, Lucena Alniero, Arantza Gómez-Basaguren, Antonia Ormaetxea, Feli Veloso, Carolina Cuerdo, Lina Maritza, María Penas, Isabel Lasa, Ana Mari Laiseka, Clara Larrinaga, Marisa Curiel, Mari Paz Hurtado, Angelina del Castillo, Ana María Redondo, Ana Mari Núñez, Victoria García, Adelaida Yáñez, Veselina Todorova, María Julia Zurimendi, Maribel Landeta, Loli García, Flor Alejandrina Bravo, Marisa Monge, Hermila Miguélez, María Concepción Acha, Isabel Alcocebe, Rosario Sánchez y Concepción Ruiz.