8-VI-2024. Sonó Aita Gurea en sus voces graves y quedó inaugurado el que es ya el hogar de Biotz Alai. Un reinicio. Como si de una nueva canción se tratase. Otra etapa. Un cambio para una trayectoria acompasada desde 1966. El pulso fue constante durante 55 años, pero se debilitó en el ocaso de 2022. Tocó levantarlo. Y revivir.
El veterano, querido e identitario coro de Getxo tiene nuevos locales de ensayo en la calle Telletxe de Algorta, no muy lejos de su anterior sede, la que les cobijó y a la que cuidaron durante 55 años: las instalaciones de la iglesia San Nikolas que el consejo parroquial decidió dedicar a otros menesteres, a fines sociales. El coro enmudeció y enfureció. Dudó, reflexionó, se unió más y actuó. Por eso, ayer pudo estrenar este espacio tras la compra de las lonjas y su adecuación. “Hemos estado muy cómodos en la casa del Padre, pero nos hemos emancipado”, aseguró ayer el presidente de Biotz Alai, Juan Ignacio Roscales, tirando de buen humor. Allegro. Era un día feliz. 8-VI-2024. Atrás quedan los juramentos y las incógnitas. Los integrantes de la agrupación, miembros de otras corales y asociaciones culturales, así como representantes institucionales –entre ellos, la alcaldesa getxoztarra, Amaia Agirre– formaron parte de estos instantes tan especiales, los del acto de inauguración, los del renacimiento de Biotz Alai.
Se alza desde allí, desde la calle Telletxe, 2A y 2B, desde cuatro lonjas anexas que suman en su conjunto 180 metros cuadrados, desde un lugar convertido en modernidad, con gradas, donde la gravedad de las gargantas coralistas se apodera del espacio poderosamente, donde un grafiti, que evoca la historia de la agrupación en tres actos, saluda al entrar. YA Murals es la firma de esta obra. Dentro, tradición; fuera, arte urbano. Todo, sinergia en dos tempos. “Para nosotros ha sido un proyectazo. Estamos orgullosos de haber podido aportar un trocito nuestro”, comentó Asier Martiarena, uno de los autores de la ilustración. El primer dibujo es del Puerto Viejo, puesto que ahí estuvo la primera sede social. La otra creación recoge la iglesia San Nikolas en un juego con la cristalera de la escuela de música Andrés Isasi que está junto a Muxikebarri, porque allí, en su interior, aguarda el porvenir de Biotz Alai. “El futuro pasa por donde se forme a los niños en música”, señaló Roscales. Y es que, precisamente, el relevo generacional es, sin duda, un desafío para este coro y tantos otros del territorio. Así lo admitió el mandatario en el estreno de las nuevas salas, porque este cambio en el recorrido vital del grupo es un momento obligado para mirar al horizonte. “Estamos en una nueva etapa con retos ambiciosos y objetivos claros. El gran problema de los coros de Bizkaia es incorporar a gente joven y tenemos que trabajar para ello, para la continuidad de este coro que tanto se lo merece”, subrayó Roscales, que también citó otra meta que desean cruzar: “Tenemos que conseguir una estabilidad económica”, reconoció.
Claro, esta partitura en blanco que ahora comienza en Telletxe llega tras una inversión cercana a los 400.000 euros para adquirir las lonjas y acometer las actuaciones necesarias. El Ayuntamiento de Getxo ayudó a acondicionar el recinto con una subvención de 60.000 euros. “Sin el apoyo de la Corporación, de todos los partidos, esto no habría sido posible”, agradeció Roscales, que tuvo palabras de afecto para las personas y asociaciones que también les han echado un cable –sacaron unos 8.000 euros con un crowdfunding–, para la empresa patrocinadora, las que han realizado donaciones y las que han participado en las obras, “que han tenido mucha paciencia con nosotros: Es que los asientos así no, es que esa pared ahí no sé qué...”, desveló.
Al unísono
Pero quienes han hecho latir a Biotz Alai con fuerza han sido los propios coralistas. “Sin nosotros no habríamos conseguido nada y probablemente habría desaparecido el coro, pero hicimos frente común y seguimos para adelante; nadie ha abandonado el barco”, destacó el presidente, con el corazón en la mano, el que tanto sufrió cuando el contrato de este colectivo no fue renovado por el consejo parroquial de San Nikolas. Adiós. Se quedaban en la calle. “Fue tremendamente duro. Fue algo muy brusco y buscarnos la vida de la noche a la mañana fue complicado. Como presidente, tuve el temor y la gran incertidumbre de que el coro pudiera desaparecer por no tener los recursos suficientes, por que la gente se marchara por desencanto, o por cosas que no supiéramos gestionar, pero no pasó”, rememoró Roscales echando la vista atrás a tiempos opacos para ellos. Del pasado. “La parroquia viene desarrollando en los últimos años una creciente labor en el ámbito pastoral, social y cultural que alcanza cada vez a más personas. Esta situación ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con el espacio parroquial que dispone en exclusiva el coro Biotz Alai”, argumentó entonces el consejo religioso.
La iglesia les dio, en principio, seis meses para seguir allí desde ese anuncio de que iban a utilizar las salas para otras funciones, pero al final, Biotz Alai ha continuado utilizándolas hasta que la nueva sede de Telletxe ha estado disponible. Es su casa desde ya. Hogar propio, pero con matices: estas instalaciones no son de los coralistas, ni de los actuales ni de los futuros; son de Biotz Alai, por lo que si esta agrupación llegara a extinguirse, estas lonjas pasarían al Consistorio de Getxo y se dedicarían exclusivamente a actividades culturales.
“Afortunadamente, las cosas han salido bien, no está todo resuelto y tenemos retos que no son fáciles, pero sí tremendamente apasionantes. Gora Biotz Alai!”, proclamó Roscales para cerrar un evento que se incluye en la andadura cantada de Biotz Alai, que arrancó con unas novatas notas medio siglo atrás: con los primeros coralistas, como eran Juanjo Gainza (primer director), Mario Porset (Maito), la saga de los Ariño, los Zubizarreta, los Laca, los Solaun, y tantos otros que dieron su voz... Los miembros actuales le han dado una nueva vida.