El sábado se presentará en el ayuntamiento de Gordexola Arechabala Azúcar y Ron, el libro sobre la saga de los indianos Arechabala, originarios de la localidad. Residieron precisamente en el actual edificio consistorial, llamado entonces Villa Carmen. María Victoria Arechabala Fernández describe la historia de las empresas de su bisabuelo José Arechabala Aldama (1847-1923) entre su fundación en 1878 hasta que en 1959 fue expropiada por el gobierno cubano tras la revolución. La destilería que puso en marcha lanzó al mercado el mítico ron Havana Club.

El pasado otoño la autora desgranó la obra, de 375 páginas, en Madrid. Ahora, al llegar a su tierra natal, la familia espera “que se le rinda justicia, porque al haber brillado especialmente en el lugar al que emigró quizás no ha gozado de la proyección merecida en casa”.

El actual ayuntamiento fue la residencia familiar: ‘Villa Carmen’. Elixane Castresana

A los 14 años se despidió de Gordexola “para hacer las Américas en Cuba y fundó un negocio de azúcar, derivados y ron que le sobrevivió”, explica María Victoria Arechabala. Otros parientes y paisanos emigraron antes que él y, después, “también su hermano Juan y sobrinos que se incorporaron a su negocio”.

Entrevistas, fotos y cartas

La autora afirma que ha “disfrutado conversando con los descendientes del matrimonio Arechabala-Hurtado de Mendoza, que contribuyeron con datos y fotografías. También su propio hermano, José Manuel, “poseedor de un buen archivo y una gran memoria”. Por su parte, su sobrina, “Catalina García Arechabala encontró entre las propiedades y recuerdos de su madre, fotos y cartas que han iluminado enormemente períodos de esta historia”. Y “este libro no hubiera podido existir sin la ayuda en el diseño de mi hija Inés”.

El proyecto avanzó a raíz de un viaje a Cuba, cuando una amiga natural de la ciudad de Cárdenas, donde tenía su sede la empresa de Arechabala, e hija de un directivo le presentó a “Ernesto Álvarez Blanco, historiador oficial de la ciudad entre 2002 y 2010, que residía en Barcelona”. Este interés coincidente sobre la figura de José Arechabala Aldama “me posibilitó trascender el ámbito familiar y adentrarme en el desarrollo de la compañía La Vizcaya”.

Trabajos “muy esclarecedores sobre la economía del azúcar a cargo del historiador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Antonio Santamaría” ayudaron a profundizar en el crecimiento del negocio. Aconsejó a la autora, envió más información y se ofreció a leer el primer boceto, enriquecido con sus aportaciones, “de un gran valor añadido”.