Sabes lo que supone? Para empezar, que si cualquier persona se levantaría a las siete para entrar a la oficina, yo lo hago a las cinco”, extrapola Javier López Pagazaurtundua. La parálisis cerebral provocada por la asfixia que sufrió durante el parto no le ha impedido, por ejemplo, trabajar en la asociación Aspace Bizkaia, conducir ni integrarse en una plancha electoral a las elecciones municipales. En este caso, la del PNV en 2019. A pesar de todo, sortea “dificultades” en su día a día que traslada en el documental Javier y la montaña. Proyectado este pasado jueves en su Zalla natal, relata su ascensión al campo base del Everest, a 5.364 metros de altitud junto con Álex Txikon.

Ambos conectaron de forma inmediata cuando Javier recibió en 2022 uno de los premios Lo imposible, concedidos por la Fundación Urbegi con el objetivo de reconocer historias de superación en la inserción laboral. “Él me propuso esta aventura”, recuerda. Antes de volar a Nepal entrenó “andando por el bidegorri y subiendo al monte Ubieta y al Kolitza y, sobre todo, lo que me ayudó muchísimo fue entrenar con un exoesqueleto”, relata.

Desde que despegaron les acompañaron los codirectores del documental: Mario de Benito (autor de la banda sonora de La piel que habito de Pedro Almodóvar, la serie Cuéntame cómo pasó o No habrá paz para los malvados de Enrique Urbizu, que es familia de Javier y también ha colaborado) y Rodolfo Montero de Palacio, poseedor de dos premios Goya, que ha realizado una veintena de largometrajes, cortometrajes y documentales.

Sus cámaras no escatiman la dureza del trekking a lo largo de ocho días en los que Javier no puede reprimir las lágrimas por el esfuerzo. Txikon y el resto de los compañeros, así como los sherpas Yangchhen y Chandra Bahadur Gurung le arropan en su empeño en sobreponerse a la inestabilidad al caminar.

Desde el campo base del Everest lanzó una emocionada dedicatoria a su familia. Su madre, Mari Carmen Pagazaurtundua, también interviene. “Luché todo lo que pude. No sé los psicólogos, fisioterapeutas, educadores de habla... que pude recorrer”, cuenta. Con el cariño de los suyos Javier asegura que es “muy feliz”. Hoy irá al aeropuerto a despedir a los integrantes de la segunda expedición de los premios Lo imposible, que parte a la zona de Marruecos devastada por el terremoto.