La semana pasada traíamos a esta sección de Historias Montañeras la historia del Txarlazo Mendi Taldea de Orduña. Hoy, de nuevo, tiene relación este artículo con la única ciudad de Bizkaia. Publicaba el 17 de noviembre del año 2021 un artículo en DEIA titulado Aquellas ascensiones al Pico del Fraile, el comienzo de la escalada vasca que hacía el número 44 de los 155 que firmo con este que hoy están leyendo. Y erraba en la primera línea. Me confundía la hora de llegada a la cima por parte de Ángel Sopeña, con el día de la ascensión: eran las 11.00 horas del 16 de marzo de 1924.

Dentro de 13 días se cumplen cien años de aquel hito deportivo vasco y será rememorado con la presencia de un grupo de la Sección de Montaña del Club Deportivo Bilbao (CDB) y del Club Alpino Gallaraga, de Sodupe (Güeñes). Allí, en la coronilla del Fraile de piedra dejó Ángel Sopeña una tarjeta alpina con membrete de su club del que fue cofundador, en la que se puede leer: Concurso de Montañas de Vizcaya año 1924. Concursante Angel de Sopeña y Orueta Monte Pico del Fraile (Orduña). A las 11 horas de la mañana del 16 de marzo. Recogida por Enrique de Echebarrieta, Mendigoixale y socio del Erandio Club, el 13 de abril de 1913.

Sopeña sube en solitario. Nadie sabe que ha llegado a Orduña en tren, excepto el interventor. Pero esa es otra historia por contar. También erró, como yo, citando Orduña, pues Frailia es Amurrio, pertenece al pueblo de Arrastaria, en Araba. En muchas citas vemos el nombre del peñasco como Pico Sopeña, aludiendo a la vía con el nombre de quien la ha subido o el que quien la ha ascendido primero (en este caso él) ha querido poner. Véase esto en cualquier pared de escalada.

Tal que dentro de 13 días se cumplirán 100 años de un hecho que trascendió internacionalmente al escalarse el Pico del Fraile. Txetxu Lambarri duda que fuera Sopeña el primero. Cree que algunos jóvenes orduñeses ya lo habían subido por la cara oeste. Sobre todo, un pastor 60 años antes. La mayoría de los rotativos vascos propagaron la noticia como un hecho insólito y un hito para el alpinismo vasco. Como dice Txetxu, “euforia contagiosa que llevó al Ayuntamiento de la ciudad de Orduña a celebrar un pleno extraordinario donde se aprobó la propuesta de cambiar el nombre de Pico del Fraile por Pico Ángel Sopeña”.

Esta primera incursión deja huella. Casi un mes después, el 13 de abril, el socio del Erandio Club Enrique Echebarrieta, natural de Bakio de 22 años y que luego sería el médico de Erandio, hace cumbre. Según cuenta el historiador del montañismo vasco, el periodista Antxon Iturriza, en la trilogía ‘Historia testimonial del Montañismo Vasco’, una semana después dos bilbaínos hacen la tercera ascensión: son Leoncio Pildain y Joaquín Izaguirre; y ese mismo día, tras escucharles el relato al bajar, el joven orduñés de 20 años, Julián Díaz de Lezama, sube en 7 minutos desde la horquilla y baja en 8 minutos.

Dos meses y una semana después se funda en Elgeta la Federación Vasco Navarra de Alpinismo (FVNA). Algo se estaba gestando y era importante haber sido el primero en hollar la coronilla de esa roca descompuesta.

En el mismo lugar, otro pionero alpinista bilbaino realiza el primer rappel vasco. Es el 8 de junio de 1934. Alberto Abos Bidaña desciende tirando de cuerda con Sopeña y Ramón Tellaeche.

Hace 31 años, el 29 de junio de 1993, lo subí por vez primera con Sheve Peña Albizu, también con mi aita, con Josu Billalabeitia y Jesús de la Fuente. Llevamos la clavija que Sopeña mandó construir para salvar un extra plomado al comienzo, tras la horquilla.

El 4 de septiembre de 2021 lo volví a subir encordado por el presidente de Euskal Mendizale Federazioa, Zigor Egia, vecino del lugar. En la cumbre grabamos unos vídeos evocando el origen de la escalada vasca.

Quiero terminar hoy con el recuerdo a mi amigo Floreal de la Iglesia, escalador nonagenario al que tengo un aprecio especial por sus confidencias ya narradas en dos entregas de esta sección de Historias Montañeras, y a la espera de una tercera. Era su cumbre de ejercicios y la habrá subido más de 40 veces...

Algunos dicen que nuestro deporte del montañismo es algo arriesgado y peligroso; jolines, pues mira tú la escalada. Es un vértigo constante y un vivir al filo de la navaja. Es un riesgo controlado. Ya lo decían Bandrés y Sopeña: “Tengan cuidado por favor. Cualquiera no está capacitado para subir al Pico del Fraile”.

De esta primera ascensión en formato vertical por la que se instauró la escalada en Euzkadi a la fundación de la FVNA, pasaron sólo dos meses y dos días. He hecho cuentas y faltan 76 días para la celebración del centenario de la FVNA. ¡Viva el alpinismo vasco!