La flota vasca de bajura cuenta con un nuevo buque pesquero en sus filas. Se trata del Beti Itsasoko, una embarcación realizada en poliéster por la empresa Astilleros de Bermeo. La construcción de un nuevo barco constituye una noticia tan novedosa como positiva para el sector pesquero vasco. Y es que desde que la flota de Bizkaia y Gipuzkoa acometiera una profunda renovación de sus naves a finales del siglo pasado y principios del actual, apenas se han registrado nuevas incorporaciones. Astilleros de Bermeo construyó un pesquero para armadores del puerto de Donostia en 2020 y la flota de artes menores de Lekeitio incorporó una nueva embarcación en 2019 para sustituir a una más antigua.

Dos hermanos de Armintza, Iñaki y Jon Mendizabal, armadores del Itxasoko Lorea II, un pesquero de poliéster con 25 años de mar a sus espaldas, se decidieron a dar el paso para afrontar una nueva construcción que se ha visto materializada con la reciente botadura del Beti Itsasoko. La razón que les ha llevado a afrontar este nuevo proyecto es bien simple. “Nos encanta la mar, y queremos seguir disfrutando con nuestro trabajo. Surgió la posibilidad de acometer una nueva construcción, el ingeniero nos presentó un proyecto atractivo, nuestro barco tenía sus añitos y decidimos dar el paso para contar con una embarcación nueva, dotada de los últimos adelantos y con mayor capacidad para afrontar con garantías los años de mar que nos quedan” asegura orgulloso, Jon Mendizabal.

La falta de relevo generacional, y por ende, la ausencia de nuevos arrantzales y personal titulado –maquinistas y patrones–, representa uno de los principales problemas que acucian al sector pesquero vasco. En el caso de esta embarcación de Plentzia, el hecho de contar con una tripulación estable y cualificada compuesta por tres marineros senegales que llevan más de quince años embarcados a las órdenes de los hermanos Mendizabal, ha supuesto un factor importante para acometer la construcción del nuevo pesquero. “Los jóvenes no contemplan la pesca como una posible salida laboral y completar la tripulación de un buque pesquero se está convirtiendo en una labor muy complicada porque no hay ni marineros ni titulados. Nosotros estamos contentos porque contamos con un grupo estable de arrantzales que llevan muchos años con nosotros. La ilusión y las ganas que nos han mostrado de cara al futuro ha supuesto un factor importante para acometer la construcción del nuevo pesquero” explica el patrón armintzarra.

Construcción singular

El Beti Itsasoko presenta unas características peculiares, diferentes al resto de embarcaciones de la flota vasca de bajura. Tiene una eslora de 14 metros y una manga de 5, superior a la de otros barcos. “La construcción se ha llevado a cabo siguiendo los cánones vigentes en Europa. Se trata de un barco muy estable y potente, con mucho espacio para desarrollar la actividad pesquera” explica Mendizabal.

Por otra parte, el buque en cuestión presenta características singulares en su parte delantera. Así, la proa es tradicional desde la parte superior hasta su ecuador para pasar a ser invertida en la zona inferior de la obra muerta, la que entra en contacto con el agua. “Se trata de un diseño destinado a amortiguar el golpe de la ola durante la navegación” detalla Kepa Aranburu, responsable de Astilleros de Bermeo.

El Beti Itsasoko superó de manera sobresaliente las pruebas de mar realizadas la semana pasada en aguas de la bahía de Bermeo, justo antes de que se produjera la entrada de una potente borrasca desde el Atlántico, que con mucha probabilidad provocará una demora en el inicio de las campañas de pesca de anchoa y verdel previsto para el primero de marzo. “Estamos muy satisfechos con el resultado de las pruebas realizadas en la mar porque la embarcación se ha comportado de manera muy positiva” afirma Aranburu.

Actividad pesquera y turística

El nuevo buque con base en Armintza centrará su actividad pesquera en la captura de verdel durante la primavera y el bonito en la temporada estival, para posteriormente dedicarse a la pesca con palangre, tanto de superficie como de fondo, a la captura de merluza y lubina. El Beti Itsasoko cuenta con una bodega con capacidad para albergar cerca de nueve toneladas de bonito además de tanques para 8.000 litros de gasoil.

Otra de las novedades que presenta el pesquero, consiste en la existencia de dos motores independientes, cada uno de los cuales cuenta con su eje, hélice y timón. “El hecho de contar con dos motores independientes confiere a la embarcación una maniobrabilidad superior a la que cuentan los barcos con un único propulsor. Es una gran ventaja para operar en puertos de reducidas dimensiones como Armintza. Desde el punto de vista de la seguridad, no cabe duda de que contar con dos motores otorga una tranquilidad importante porque en caso de avería en uno de ellos se puede navegar tranquilamente con el otro” subraya Aranburu.

El Beti Itsasoko está preparado para combinar en un futuro las actividades pesquera y turística. Esta ocupación no se ha desarrollado en la costa cantábrica pero está adquiriendo relevancia en puertos del Mediterráneo. “Se trata de un barco pesquero pero de cara al futuro tenemos la idea de combinar la actividad pesquera con embarcar turistas a bordo. Desgraciadamente, las únicas campañas de pesca rentables son la del bonito y el verdel y se desarrollan durante apenas cinco meses. Creemos que la actividad turística podría resultar un buen complemento para los meses de temporada baja de capturas” explica Jon Mendizabal.

El nuevo pesquero de Armintza se prepara para debutar en la actividad pesquera con el inicio de la campaña de pesca de verdel el próximo 1 de marzo. “Estamos deseando salir a pescar y empezar a producir. Solo faltan los últimos papeles y esperemos que la administración actúe con celeridad. Todo lo complicado ya está hecho y queremos salir a la mar para hacer lo que nos gusta, pescar”.